Nace otro momento continuado con los primeros rayos del Sol. Veo a los demás, y doy gracias por la prelación que interiorizo.
De ayer me quedaban los ecos y los sabores, ya superados, de la indefensión de un hombre mayor con su nieto, horrorizados los dos por la injusticia de la calle, que, por desgracia, tumbó mi buen ánimo. Hoy, me digo, ha retornado el afán de la felicidad, tan esquiva en ocasiones....
Esta jornada recién parida me atrae. Suena a un descanso relativo, y no por falta de faena, sino por detenerme en otros contextos que adoro.
Tomo los primeros sorbos de un café que sabe a gloria, y experimento que un cuerpo descansado y presto a vivir es el mejor rincón posible. Advierto, asimismo, ciertos instantes de la memoria que haré valer a la primera oportunidad que se tercie.
Medito también en lo que vendrá, en todo cuanto aparecerá durante cada segundo de amistad, de aprendizaje, de miradas cómplices... Este día que nace alberga las mejores empatías. Lo sé porque mi predisposición es total, y la fortuna, esquiva como la felicidad, hoy me hará una visita. Sabe que la espero.
Juan TOMÁS FRUTOS.
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