Las apariencias engañan (13ª Parte)

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El teléfono sonó una y otra vez pero nadie contestó, Carlos pretendía hablar con Javier, necesitaba aclarar todo aquel lío que se había armado y se veía venir que todos sus proyectos con el grupo se iban a ir al traste, sabía que en el trasfondo de aquella pelea había algo más y tenían que ponerle remedio.

Ya era media mañana y decidió llamar a Begoña, la noche anterior le había visto hablar con Javier y supuso que ella le podría ayudar.

El teléfono sonó varias veces y cuando estaba casi a punto de colgar, Begoña contestó adormilada.

-       ¿Si?- Alcanzó a decir Begoña.

-       ¿Te he despertado? Lo siento, sigue durmiendo – Se disculpó Carlos.

-       Sí, me has despertado y si después de hacerlo me cuelgas posiblemente hoy mueras de forma cruel -Contestó Begoña más despierta. – más vale que lo que me tengas que decir sea importante.- añadió bromeando.

-       Perdóname. Te he llamado para ver si me puedes aclarar lo que le pasa a Javi con David y a la inversa ya que ayer te vi hablando con Javi y bueno esta mañana se han vuelto a pelear y estoy mosqueado, no se si ha pasado algo de lo que yo no me he enterado.- Dijo Carlos intentando resumir.

-       ¿Pero… que me estás contando? Que Fuerte!!! – Exclamó Begoña. ¿Qué se han dado de ostias otra vez? ¿pero donde? ¿Cómo? Si sólo han pasado unas horas y Javi estaba casi en coma.

-       Si, ya, es todo súper raro, a mí también me lo parece. Me quedé con Javi en su casa por si las moscas, cuando se despertó y le conté lo que había pasado se quedó muy jodido, quiso disculparse con mi hermana, vino a casa y la quiso esperar fuera para no tener que ver a mis padres… y ahí lo dejé. Lo siguiente que sé es que hemos encontrado a David ensangrentado y amoratado en el portal de mi casa, diciendo que había sido Javi y muchas otras cosas que no me he querido creer.

-       ¡Joder! Como está el patio, estoy alucinando – Dijo Begoña pensando que a su amigo este tema se le estaba escapando de las manos – ¿Y de Javi sabes algo?

-       No, he intentado llamarle pero no me lo coge, supongo que estará durmiendo o vete a saber donde está, pero si todavía estaba medio borracho. Joder, menudo lío. – Dijo Carlos desesperado, tenían un montón de bolos con el grupo y esto solo les traería problemas.- ¿tú sabes algo? ¿Javi te dijo que le pasaba?, es que hasta ese momento la noche había ido tan normal.

-       Creo que el problema de Javi no tiene nada que ver con el grupo… se podría decir que es un tema de faldas- Contestó Begoña intentando no contar mas de lo necesario, a pesar de no estar de acuerdo con la forma de actuar de Javier jamás le traicionaría. 

-       Bego… la única tía que estuvo ayer en medio de esos dos fue mi hermana… ¿me estás diciendo lo que creo que me estás diciendo? – Dijo Carlos sorprendido.

-       Yo no he dicho nada Carlos, Lo único que sé es que Javi está pillado por una tía y por lo que se ve no lo tiene fácil, no se quien es la chica, no me lo ha querido decir – Disimuló – Supongo que el alcohol y estar despechado no son unos buenos consejeros y seguro que ayer toda la situación se le fue de las manos, no creo que nos tengamos que preocupar, seguro que recapacita y se disculpa con David.

-       No se Bego, todo esto no me gusta una mierda, tener a dos en el grupo peleados es lo peor que nos podía pasar ahora mismo.- Dijo sin creer demasiado a Begoña, parecía nerviosa y eso le dio a entender que el no iba muy desencaminado.

-       Estate tranquilo, seguro que la sangre no llega al río, solo han pasado unas cuantas horas y ninguno ha tenido tiempo de recapacitar.- Dijo Begoña intentando tranquilizar a su amigo, mientras ella cada vez estaba mas preocupada por Javier.

-       Eso espero Bego. Bueno te dejo, voy a volver a casa que he dejado a David con mi familia… tal vez pueda aclarar algo mas. Un abrazo y gracias.- Se despidió Carlos con las cosas cada vez mas claras.

-       Para eso estamos los amigos y tranquilo, seguro que todo se soluciona, dale un abrazo a tu hermana de mi parte. Chao.- Begoña colgó el teléfono y de un salto salió de la cama, se puso lo primero que encontró y salió de su casa en busca de Javier.

Le llamó un montón de veces al móvil pero no le contestó, se acercó hasta su casa pero allí no estaba. Después de cavilar unos minutos se encaminó hacia el local de ensayo, sabía que cuando Javier se estresaba por algo tocar la batería era de las pocas cosas que lo calmaban. Al llegar vio la moto y escuchó el estruendo que hacía la batería, sin duda estaba allí, se quedó unos minutos tras la puerta y cuando el ruido disminuyó un poco aprovecho y llamó.

-       Javi ábreme – Gritó Begoña aporreando la puerta.

Javier al escucharla se hizo el sordo, no tenía ganas de hablar, necesitaba sacar todo ese odio que tenía dentro, sudaba como nunca, aporreaba la batería como si le fuera la vida en ello.

-       Ábreme te he dicho, no me pienso ir- Insistió de nuevo Begoña cuando se calmó otra vez.

Javier, cansado de todo, al volver escuchar a su amiga decidió que sería mas fácil hablar con ella que tenerla todo el día pegada a la puerta, se secó el sudor que le resbalaba por la cara y abrió sin decir nada.

-       ¡Al fin! – Exclamó Begoña – ¿Sabes que de mayor vas a estar sordo como una tapia?, ese ruido es infernal - le dijo entrando e intentando que su amigo se relajara con ella, la cara de este era un poema. Javier no contestó, se sentó en el taburete de la batería y se quedó mirándola a la espera de que le pegara la bronca. - ¿Cómo estás?- Le preguntó con cariño sorprendiéndolo, no reconocía a su amigo, lo veía desolado.

 


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