TAN, TAN, DE TRANVIAS.

Tan, tan, de tranvías, añejos recuerdos,

tan, tan, de tranvías de lejanos tiempos,

de vivos colores, amarillos, rojos,

en ellos viajaba por cinco centésimos.

No tengo metáforas para describirlos,

circulaban lentos, caminos de acero,

como todo pasa, un día se fueron,

tan, tan, de tranvías de Montevideo.

No poseo la verba, que inspirase el verso,

del simple homenaje, que rendirles quiero,

al viejo tranvía, de transito lento,

en el cual viajaba por cinco centésimos.

Del pescante amplio de brazos abiertos,

de las lavanderas, de los verduleros,

fleteros gratuitos, motors mhan del pueblo,

solo con un "gracias" eran satisfechos.

tan, tan, de tranvías, con su bamboleo,

de ricas maderas, de bronces, y aceros,

de asientos lustrosos, de Africanas rafias,

fibras resistentes al paso del tiempo.

Quisiera subirme nuevamente en ellos,

sacar mi boleto de cinco centésimos

sentarme muy junto a su ventanilla

viajando bien lento por Montevideo.

Oír nuevamente sus ruidos de aceros

Sentir su campana y su bamboleo

Mecerme en la cuna que trae el recuerdo

Del viejo tranvía perdido en el tiempo.

Quizás, no comprendan, quienes no vivieron,

quienes no viajaron, quienes no los vieron,

rodar por las calles, caminos de acero,

rodar por las calles de Montevideo.

Tan, tan, de tranvías, lejanos recuerdos,

en ellos viajaba por cinco centésimos,

de vivos colores, amarillos rojos,

en libre albedrío ¡ hoy viajé en el tiempo !

         Nicolás Ferreira Lamaita..