FIESTA DE DISFRACES TERMINA EN ORGIA parte 1

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“Fiesta de disfraces anónimos” anunciaba la elegante invitación recibida. Es decir disfraces que debían ocultar totalmente la identidad de los invitados. Junto con la tarjeta venía una caja con un pequeño dispositivo descrito como “distorsionador de voz” para no ser reconocido al hablar….¡Increíble! ¡Habían pensado en todo!

Adicionalmente venían detallado un concurso, donde el ganador se llevaría nada menos que 1.000 euros!!!. Esa cifra me traía recuerdos que lograron excitarme al máximo….. (lee mis otros relatos ;).

Las reglas eran simples: identificar la mayor cantidad de invitados e intentar no equivocarse……y evitar ser reconocido. ¡Muy entretenido…!.

Con mi pareja mantuvimos el secreto de cada disfraz. Yo quería llevar algo sexy y poder calentar a la mayor cantidad de hombres!. Era una fantasía, quizás porque mi pareja no me dejaba usar ropa “muy atrevida”.

Me decidí. ¡Iría de Gatúbela! versión bien caliente: traje de látex, gran escote con cremallera baja, espalda totalmente descubierta, botas altas con taco aguja, colaless que se marcaría a través del traje ceñido al cuerpo. Finalmente la máscara que cubriría mi identidad y un látigo sería el broche de oro.

Y llegó la noche tan esperada…  Me puse todo el atuendo, me miré al espejo…… y gua! ¡me veía increíble!

Partí para la fiesta en taxi para que no me reconocieran en mi auto. ¡Quería ganar nuevamente esos 1.000 euros como sea!

Quise probar mi estrategia seductora con el taxista, que no estaba nada mal. Le indico la dirección con voz bien sexy,  me acomodo al centro del asiento trasero, abro mis piernas lentamente, viendo que acomoda el espejo retrovisor para verme mejor, emprendiendo nuestra marcha.

Quería llegar bien caliente a la fiesta, y nada mejor que empezar ahí mismo. Abro al máximo mi escote y comienzo a tocarme los senos. Primero por arriba del traje hasta que se me endurecen los pezones. Ahora si estaba lista para mostrarle bien mis tetas. ¡Eso realmente era muy excitante! ¡Hacer calentar a un desconocido, que nunca me reconocería!

Por el retrovisor logro ver que su polla quería salirse de sus pantalones. Sigo acariciándome bajando hasta mi concha y comienzo finalmente a mojarme. El taxista estaba totalmente concentrado en mi espectáculo y viendo que estamos por llegar, decido no dejarlo en ese estado de calentura.

Voy detrás de su asiento, paso mis brazos abrazando su asiento, y me dirijo rápidamente a su verga.

- “Continúa manejando sin decir palabra, sino dejaré de hacerlo…” - le digo, y le doy un largo lengüetazo en la oreja. Asiente con la cabeza sin decir palabra.

Le bajo el cierre, saco su polla y comienzo a pajearlo primero lentamente, y a medida que va entrando en calor, acelero mi ritmo. Pongo un poco de saliva en mi guante de látex para lubricar mis caricias y apurar su corrida. Segundos más tarde, sentía sus espasmos y su leche calentando mi guante. ¡Misión cumplida!

Llegamos a destino. Limpio el guante en su tapizado y me despido sin pagar, después de todo era lo mínimo que me merecía. Entrando a la gran mansión de la fiesta, veo entrar un hombre vestido de Santa Claus. Estaba seguro que era el gordo Felipe, que otro disfraz podría ocultar su figura. ¡No había llegado a la fiesta y ya había reconocido a mi primer víctima! ¡Qué poco original son los hombres por favor!

Traspaso la puerta contorneando mi cintura como había practicado. Ya estaba lista para reconocer a Felipe y ganar mi primer punto del concurso, cuando veo algo que me deja paralizada. ¡No lo podía creer! ¡Qué tramposos! ¡¡¡¡Todos los hombres estaban vestidos de Santa Claus!!!! Todos lucían iguales, no había forma de que ganara esos putos euros….. Ofuscada me voy directo a la barra a pedir un trago y ver algún personaje que me interesara.

Pido mi trago y me dedico a mirar los disfraces de ellas: colegialas, mucamas, policías, odaliscas, ángeles, demonios, superwoman, vampiresas, enfermeras, bailarinas de cabaret, vaqueras, piratas…

Pero uno llamó poderosamente mi atención: una hermosa joven rubia, vestida de conejita de playboy.

Falda cortita con pompón, tacones que lucían sus hermosas piernas con portaligas, top bien apretado sin sostén y un escote que mostraba sus pechos grandes y proporcionados, antifaz de rigor y las clásicas orejas de conejita. Se movía con una seguridad, atrayendo las miradas tanto de hombres como de mujeres. Me pongo a fantasear con la conejita, cuando un Santa hace parar la música.…

- “Tu eres….” - le dice a una colegiala al oído…

- “Si… no puedo creer que ya me hayas descubierto” - dice ella con su voz metálica distorsionada…

- “Castigo, castigo, castigo…” - gritan todos los Santa Claus…

- “Te castigo….mostrando el culo y las tetas al público” - ordenó él

Ella dudo un poco, pero finalmente solo él la había reconocido, y para no ser majadera nos dio una hermosa vista de sus tetas, y luego se subió la falta para exhibir su culito. La cosa empezaba a calentarse y ponerse interesante.…

Varios arriesgaron, acertaron o se equivocaron y los castigos estaban a la orden del día: “que sácate la ropa”, “tócate las tetas”, “baile del caño”, “remeras mojadas”, “manosea mi polla”,…. todos celebraban animadamente mientras que las luces iban bajando, y la música y calentura subiendo.

El alcohol fue haciendo de las suyas y los “castigos” iban subiendo de tono. Decidí entrar en acción y acercarme sensualmente a la conejita. Logro destacarme entre la multitud y finalmente me mira de arriba a abajo. Para hacer mas evidente mis intenciones, me paso la lengua por los labios mientras muevo bien mis caderas.

- “¿Qué tal si nos dejamos de miradas, y les mostramos a estos Santas lo que es un verdadero castigo?” - le susurro

- “Igual, nadie sabe quienes somos, y solo tendremos esta noche para cumplir nuestras mas sucias fantasías” - y le tomo la mano

- “¿Qué tienes en mente…gata en celo” - responde… Obviamente le había gustado mi propuesta

- “Algo para calentar bien el ambiente…” - digo

Subimos al escenario, la llevo contra el caño, le hago tomarlo y parar bien su cola. Le bajo la falda hasta las rodillas, dejando en exhibición su espectacular culo en hilo dental. Caminé al mejor estilo Gatúbela, acaricio su cuerpo, me alejo y finjo que le doy latigazos.

Ahora sí, éramos el centro de atención y calenturas de toda la fiesta. Me arrodillo detrás de ella, quedando frente a su culo. Le acaricio sus piernas, subo hacia su entrepierna y al rozar su concha siento que su tanga esta empapada. Abro bien sus nalgas, corro el hilo dental y la recompenso con unos buenos lengüetazos. Cuando siento que la tengo lista para acabarme en la boca, la doy vuelta, descubro sus tetas, y le regalo una mamada que acabe en mi boca.

Algunos comienzan a alterarse y subir al escenario, uno de los Santas me hace a un lado…

- “Muévete gatita, que esa conejita quiere comer una zanahoria” - dice

“Zanahoria”.... mi mente se dispersa unos segundos pensando en una experiencia anterior (lee mi relato anterior "ESCORT POR UNA NOCHE...”)

Vuelvo en razón y me doy cuenta: eso lo decía siempre mi pareja, no lo podía creer.

Continúa…no te pierdas la sorpresa final...


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