La primera vez

Por
Enviado el , clasificado en Adultos / eróticos
76466 visitas

Marcar como relato favorito

El año escolar estaba a punto de terminar, y para celebrarlo, un compañero decidió hacer una fiesta en su casa.

Yo había ido varias veces a su casa, así que podía quedarme a dormir allá.

Llegué un poco tarde a la fiesta, saludé a mis compañeros, a mis amigos y rápidamente me serví algo para beber. Necesitaba entrar en confianza. 

Me puse a bailar con una de mis compañeras. Ella es muy simpática y tiene mucha personalidad, así que ambos éramos como los mas prendidos. Todos nos miraban, y luego, todos comenzaron a bailar.

Me acerqué a la mesa para servirme otro trago y había una niña que no había visto antes. También estaba sirviéndose un trago. Era muy bonita. Me quedé mirándola de pies a cabeza. Usaba unos pequeños shorts de mezclilla y una polera blanca escotada. Ella vio que yo la miraba y me sonrió. - Eres muy prendido, me gusta tu actitud - Me dijo mientras bebía un sorbo. Me reí - En realidad es por el alcohol - Le dije.- Bueno, yo también estoy ebria así que no importa -Ambos nos reímos. Era simpática, así que la invité a bailar.

Nos fuimos al medio, donde estaba el resto bailando. Como típica fiesta adolescente de mi país, la música variaba entre reggaeton, cumbia y merengue, y como todos saben, el reggaeton se baila de una manera muy caliente. Mientras bailábamos le pregunté su nombre, se llamaba Angie y era amiga del dueño de casa. 

A medida que seguíamos bailando y converzando, empezó a moverse de maner muy provocativa. Se puso de espalda a mi, y se acercó Yo la tomé por la cintura. Tiró su cola para atrás y yo tiré mi pelvis para adelante. Sus movimientos eran sensuales. Los roces eran cada vez mas prominentes. Era como que tuviéramos sexo con ropa. Yo a esa altura estaba super excitado. 

Se giró hacia mi y cruzó sus brazos por mi cuello, yo la tomé por la cintura. Nuestras frentes estaban pegadas, y luego nuestras narices. Podía sentir su respiración super cercana. Acercábamos nuestros labios sin besarnos, y sonreíamos. Me tomó de la mano y me llevó para un rincón.

Me acomodó de manera que nadie pudiera verme y seguimos bailando. Los demás bailaban a espaldas de ella. Sus manos pasaron nuevamente por mi cuello y se acomodaron en mi cabeza. Empujaba mi cabeza hacia abajo con sus manos y la acercó a sus pechos. Mi cabeza estaba sumergida entre sus enormes pechos, y empecé a besarlos. Con una de sus manos se bajó el escote y dejó al aire uno de sus pesones y lo metió en mi boca. Comencé a succionarlo y a lamerlo como un bebé, y con mi mano acariciaba su otro pecho. Ella tiraba su cabeza para atrás y me daba plena libertad para hacer lo que quisiera. Tomé sus pechos con mis manos y los apreté, luego metía mi cabeza en medio de ellos y pasaba mi lengua y los besaba y los volvía a lamer. Acerqué mis  labios a los de ella, pero ella solo reía y no dejaba que yo la besara. Volví a sus pechos y jugaba con ellos y los besaba y los mordía y los lamía y los apretaba. Ella tomó mi cabeza nuevamente y se acercó a mi. Sacó su lengua y la pasó por mis labios, saqué mi lengua y comencé a jugar con la suya. Mordí sus labios y la besé. Un beso realmente delicioso. Nuestras lenguas se encontraban en nuestras bocas. Con su mano agarró mi pene, absolutamente erecto por sobre el pantalón. Me miró y se mordió los labios con una sonrisa. Yo me puse nervioso, era primera vez que estaba en una situación así. Me dio un beso y se fue.

No entendí nada. Me acerqué a mi grupo de compañeros y empezaron a molestarme con la chica. Yo estaba algo molesto. Me fui al baño, aún sin entender nada. Y ahí estaba ella, hablando con dos chicas. Al verme, me guiño el ojo. Entraron las chicas al baño y quedamos los dos ahí en el pasillo. Me tomó la mano y me susurró al oído -Sígueme -. 

Entramos a una habitación, cerró la puerta y puso el pestillo. -En esta habitación voy a dormir esta noche, espero que tu también -me dijo, y me tiró en la cama.

Me sacó la camisa y se quitó la polera. Sus pechos saltaron de un golpe al liberarse. Me puso los pechos en la cara y yo volví a la niñez una vez más. Estaba perdido en esos grandes pechos. Me bajó los pantalones y quedé solo en boxers, los cuales estaban mojados por mi excitación. Se quitó su short y quedó sólo con su diminuto calzón. Empezó a tocarme el pene por sobre el boxer. Me preguntó si había hecho esto antes, se lo negué con la cabeza, y ella solo dijo que me dejara llevar. 

Me quitó los boxers y metió el glande en su boca. Le pasaba la lengua y me miraba a los ojos. Lo metió completo en su boca y lo sacó. Me masturbaba con su mano. Llevó mi mano a su sexo y comencé a explorar. Moví su calzón para el lado y comencé a tocar. Estaba muy mojado. Yo había visto algo en las películas porno, así que hice lo que recordé. Toqué su clítoris. Metí un dedo en su vagina. Ella seguía chupando. Se acomodó sobre me sin sacar mi pene de su boca. Su vagina húmeda estaba sobre mi cara. Saqué mi lengua y toqué su vagina. Me gustaba ese sabor. Pasé mi lengua por toda su vagina y le metí un dedo. Ella gimió. Jugaba con su clítoris mientras metía y sacaba mi dedo de su sexo.

Se acomodó, se quitó los calzones y me tiró sobre la cama. Se sentó sobre mi e introdujo mi pene en su vagina con su mano. Gemí. Que sensación tan agradable, sentía mi pene completamente mojado y caliente. Empezó a saltar sobre mi pene. Sus enormes tetas saltaban junto con sus movimientos. Las apreté con mis manos. Ella gemía. Sus gemidos me calentaban aún más. Cambiamos de posición. Ella estaba de espalda en la cama con las piernas abiertas y yo parado a la orilla. Pasé mi pene por su clítoris suavemente. Luego le di unos golpecitos. La penetré nuevamente. Empecé a moverme, meterlo y sacarlo. Ella gemía. Yo aceleraba mis movimientos. Apretaba sus pechos. Me acerqué para besarla. Ella gemía en mi oído. Empecé a moverme lo más rápido que pude. El sonido de mis testículos chocando con su culo era cada vez mas continuo. Ya no aguantaba más. Saqué mi pene rápidamente. Eyaculé sobre su vientre. Nunca había visto tanto semen salir de mi pene. Ella me sonrió. -Nada mal para ser tu primera vez -Se puso de pie. Se limpió. Se puso sus calzones y su polera y se metió al baño. Yo estaba exhausto. Me tumbé sobre la cama y me quedé dormido, desnudo. Sentí que ella se acostó conmigo y me abrazó. 

Así mismo desperté en la mañana, ella abrazándome. No lo podía creer.


¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales

Denunciar relato

Comentarios

COMENTAR

(No se hará publico)
Seguridad:
Indica el resultado correcto

Por favor, se respetuoso con tus comentarios, no insultes ni agravies.

Buscador

ElevoPress - Servicio de mantenimiento WordPress Zapatos para bebés, niños y niñas con grandes descuentos

Síguenos en:

Facebook Twitter RSS feed