Mano Negra. - Capítulo 1

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Hacía un sol de justicia, ni siquiera se podía vislumbrar una nube en el cielo. Bajo los árboles, dos hombres aguardaban refuerzos... El bosque es denso y hay muchos escondites, habrá que tener cuidado, comentaban, pero en ese momento...

Dos años y medio antes...
William Hudson, llamado Will por sus amigos y conocidos. Tiene 23 años, vive en Nueva York y, sí, vive en un apartamento semi vacío con dos muebles y medio y tiene un trabajo en el que se puede catalogar... de la noche.

Es un barman que trabaja en un local de mala muerte y que cobra por copa... No es su deseo el estar trabajando de esto, pero es a lo que puede optar ahora mismo, porque tras la muerte de sus padres con 16 años y estar en un centro hasta cumplir la mayoría de edad, no pudo continuar sus estudios. ¿Su ciudad natal? Virginia, así que, ¿cómo llego a NY? Haciendo autostop...

- Bueno,-dijo Will-, es hora de vestirse e irse al bar.

Will cogió su motillo, la cual no pasaba de 40 por hora... y se fue a trabajar.

Al llegar, saludó a su jefe.
- Hola jefe. ¿Qué tal ha ido la tarde?
- Buenas noches Will. Pues ha estado bien, hoy parece que la gente está animadilla. ¿Vienes listo de casa?
- Claro. Como siempre jeje.

Will se puso detrás de la barra y el jefe se puso al otro lado.
- Ponme un Gintonic. Ahora que no estoy trabajando me pudo permitir un lujo.
- Jajaja, no te pases bebiendo que después tu mujer te manda a dormir al sofá jaja.
- Eh, no te pases Will, que yo me controlo.
- Eso es lo que dicen todos, no me vale esa respuesta jaja.
- También es verdad jajaja.

Empezó a entrar más gente y a pedir copas. Mientras tanto, Will se lucía haciendo piruetas con las copas, haciendo cócteles...

Will, era muy bueno en su trabajo, de lo mejorcito.

Y la tónica de todos los días... divorciados y separados contando sus penas y sus tristezas a Will.
- Voy a abrir un teléfono de la esperanza...-pensó Will al escuchar a la mujer de delante contarle su separación con su marido-.
- Pues verás, resulta que el muy capullo me la pegó con la secretaria. Menudo cerdo embustero, menos mal que se había ido de pesca con su hermano...
- Ya, señora ya...
- Oye chico.
- Dígame.
- ¿Estás casado?
- ¿Otra copa?

Llegando las 3 de la mañana, la gente empezaba a irse y Will comenzaba a limpiar las copas, a barrer y a fregar el local, etc.

Una vez terminado el trabajo, para la casita.
- Estoy molido. Necesito un masaje... ¡Ay!

Llegó a su casa cerca de las 5 de la mañana y con las mismas se dirigió al sofá para sentarse y relajarse antes de meterse en la cama.

Pero el cansancio era mayor y se durmió profundamente en el sofá.

Por la mañana, sobre las 10 y media, llamaron a la puerta un par de veces. Toc, toc. Will dormía tan profundo que ni se dio cuenta. Toc, toc, toc, volvieron a llamar.

De repente se abrió la puerta y entró el casero en el salón. Al acercarse a Will y verlo dormido, su enfado inicial cobró más fuerza.
- Valiente gilipollas,-pensó el casero al ver a Will echado en el sofá-. ¡¡WILL!! ¡Despierta coño!

- ¡Ay! ¿Pero qué...? Pero casero, cómo...
- Eso digo yo, cómo coño vas a pagarme si cada vez que te vengo a pedir el dinero te pillo durmiendo.
- Señor, le he dicho que trabajo de noche y la mayor parte del día me la paso durmiendo para poder estar descansado. Ayer me acosté entre una cosa y otra a las 5 de la mañana.
- Oh, qué lástima. ¿Dónde está el alquiler de hace 3 meses hasta hoy?

- Verá, sólo puedo pagarle un mes...
- ¿Un mes? ¿Un puerco y asqueroso mes?
- Mire, yo no tengo la culpa de que cobre por copa. Yo no soy el que me impongo la paga. Si en un mes cobro 120$ es mucha suerte y si le tengo que pagar a usted 200$ ¿qué como yo?
- Ese no es mi problema. ¡Quiero mi dinero!

- Se lo he repetido muchas veces y parece que no lo entiende. No puedo pagarle ahora. Verá, el mes que viene está programada una feria internacional de cocteleros que durará una semana y habrá un concurso y al ganador se le pagará 3000$ y esa será mi oportunidad para pagarle.
- ¿Y quién me dice a mi que tú vas a ganar? Eres un tirao que no vale para nada.

- Oiga, que yo no le insultado para que venga ahora y me lo haga usted.
- Como no me pagues ahora te echo ahora mismo de mi casa, desgraciado.
- Si quiere que le pague en carnes, porque DINERO NO TENGO, ¡se lo digo en inglés o se lo explico en leguaje de sordomudos!
- ¡FUERA! ¡FUERA!

- Largo de aquí gilipollas. No te quiero volver a ver por aquí en mi casa.
- Estupendo, que le follen.
Y Will fue expulsado de su piso... Ahora sin casa ¿dónde viviría?

 . . .


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