El otro

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Enviado el , clasificado en Intriga / suspense
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Escribo estas líneas con la esperanza de que alguien algún dia las lea y por fin me crea.Alguien que sepa en lo profundo de su corazón que no estoy loco y que por ende  tampoco  miento.Porque señores ,  lo que voy a contar a continuación sucedió realmente.

  Todo comenzó hace un par de semanas.Andábame yo por la calle despistado como siempre y ensimismado en mis cosas , cuando de súbito me asaltó la terrible sensación de que alguien me seguía. Me giré abrumado y comprobé con desaliento que nadie había . Entonces me encogí de hombros y continue como si nada.

 Al dia siguiente , camino del trabajo, volvi a ser asaltado por aquella sensación.Esta vez hubiera jurado haber visto por el rabillo del ojo una sombra fugaz.Cuando me volvi disimuladamente , una vez mas no vi a nadie siguiéndome furtivamente  o espiándome desde alguna esquina. Sin embargo , la huella de haber sido acechado permaneció como un ascua ardiente en mi mente.

  A la entrada de la oficina me encontré con Jaime ,mi compañero de toda la vida, y como ya era costumbre en mi , volvia a llegar tarde al trabajo. Esperé a que mi compadre soltase la risita sardónica de todos los días , y la mirada de reproche que siempre acompañaba a la frase : “el jefe te va a acabar despidiendo”.

Sin embargo, simplemente dijo:

-¿Has entregado ya el informe que te pidió el jefe?

-¿Informe? – repetí con ojos de incredulidad.

-Si hombre,el que te ha pedido esta mañana.

-Pero..si..acabo de llegar.

Jaime se carcajeo ruidosamente.

-¿Pero qué dices? Para una vez que apareces a tu hora..

Y se fue.

   Lo que terminó de dejarme a cuadros aquel dia fue que dos horas después mi amadísimo jefe , un cascarrabias de tomo y lomo, me asaltó en medio del pasillo y me dio unas palmaditas en el hombro efusivamente diciendo:

-Muy buen trabajo joven.!Impecable! Y pensar que había perdido toda esperanza en usted.

-¿Qué? -  respondí  (denuevo con cara de tonto).

   Cuando salí de la oficina por la noche  me acompañaban de vuelta a casa un montón de extraños momentos vividos a lo largo del día.Entonces, cuando caminaba por una calle solitaria iluminada por apenas un par de farolas, lo ví , o crei verlo:

  Una figura asomaba de detrás de un contenedor y me miraba cobijada en las sombras.Estaba seguro que creía que no la había visto ya que parecía no tener intención de abandonar su escondite. Yo , muerto de miedo (por que decir otra cosa), hice como que no la había visto y continue. Almenos ahora sabía que no estaba volviéndome loco.

Sin embargo , aunque no volví a verla de forma tan clara como aquella noche, la sensación de ser observado creció exponencialmente durante los días siguientes.

   Una tarde recibí una llamada de mi exmujer:

-¿Sabes lo que te digo Juan? – me dijo entre sollozos desde el otro lado de la línea- Que me lo he pensado bien.

-¿Pensado qué? – respondi confuso.

-Lo de la otra noche. Estuviste tan sensible.Desde luego que me has demostrado que has cambiado.

-¿La otra noche? ¡Hace meses que no hablo contigo! ¡meses!

Ella rio nerviosa con voz metálica.

-Desde luego que hacía meses que no me hablabas asi. Me has demostrado que has madurado.

Colgué el teléfono con la mirada perdida en un rincón de la habitación.

-¿Qué demonios esta pasando? – me dije.

  Era invierno , y empezó a oscurecer en la calle. Sentí la terrible urgencia de tomarme un vaso de whisky en el bar de abajo.A si que me puse la gabardina y bajé.

Cuando sali del portal , miré de reojo desconfiado por si cruzaba la mirada con mi extraño acosador.Sabía que estaba por allí, en alguna parte, sin embargo no se dejaba ver.

  A la salida del bar estaba estaba borracho como una cuba. Le había contado todas mis neuras al barman y había acabado tan harto de mí que por poco me echa a patadas del bar.En lugar de eso, salí por la puerta con paso digno aunque tambaleante despidiéndome de la clientela habitual con un “buenas noches tengan ustedes” .

   Cuando caminaba hacia casa , volví a tener la certeza de que aquel “quien fuese” me estaba espiando en aquel momento.Tal vez fueran los humores del alcohol que se habían apoderado de mi difusa mente o simplemente que estaba ya harto. El caso es que sentí como la ira fue ascendiendo en mí como la lava de un volcán

Estallé en medio de la calle desierta:

-¡Maldito seas sabandija! ¡Sal de tu escondrijo para que te vea la cara! ¡Cobarde!!Cobarde! – empecé a gritar como un descosido.

-¡Vayase al carajo! – gritó la voz de una vieja desde lo alto- ¡Son las cuatro de la mañana!!Desgraciao!

Agaché la cabeza abrumado por una ola de vergüenza que bajaba de los cielos y escapé corriendo hacia el portal.

A las tres de la mañana no podía dormir. Me asomé a la ventana para comprobar si mi enemigo acechaba escondido desde algún rincón oscuro de la calle.No vi a nadie. Sentí un hambre repentina.

Me rasqué el trasero y andé a tientas hacia la cocina al asalto de la nevera. Justo antes de entrar , oí como si un plato cayese con estrepito al suelo. Encendi la luz y vi la mesa de la cocina llena de cacharros y y comida.!Alguien habia estado cenando en mi cocina!

Entonces vi un pie asomando por detrás del frigorífico.

Agarré una escoba como arma defensiva.

-Esta bien. Seas quien seas ,!sal de ahí ahora mismo!– dije sin disimular el castañear de dientes.

-¡No puedo! – respondio la voz dueña del pie.

-¿Qué no puedes? ¡Sal o te saco a escobazos!

-¡No puedo! ¡No puedo! ¡Provocaría una paradoja espacio-temporal! –chilló la voz estridente.

-¿Una que? ¡De ahí sales como me llamo Juan!!Cobarde!

 Di un salto con gran agilidad ,agarré al sujeto y lo saqué a la luz.Pero entonces le vi la cara. Grité lleno de terror.Y me desmayé.

Al rato el otro me despertó con ligeros cachetes. Mi consciencia fue volviendo al presente arrastrando los pies perezosa. Según  la  imagen de la cocina  se fue volviendo menos borrosa, fui también recuperando mi último recuerdo de lo sucedido.

-¡No puede ser! – me reincorporé de golpe como por un resorte.

Frente a mi tenía una réplica exacta de mi mismo, un poco mas viejo, sentado en la mesa de la cocina.

-¡Debe ser una broma! –exclamé horrorizado.

El otro , que era también yo, me miraba con ojos de desesperación:

-¿Qué va a ocurrir ahora? –decía sin parar balanceándose sobre la silla.

-Ahora el universo implosionará -continuó- , ¡ O tu y yo desapareceremos! ¡O tal vez vuelvan los dinosaurios quien sabe!

-¡No podemos estar aqui los dos a la vez! ¿No lo comprendes? -lloraba- Tendré que matarte… -

 Yo  sali corriendo  de casa como alma que lleva el diablo. Ahora el otro vive allí y no me atrevo a acercarme.Se ha apoderado de mi vida, de mi exmujer,le dieron un ascenso.. Y yo simplemente  le vigilo..Espero mi oportunidad.

 

 

 


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