Las apariencias engañan (16ª Parte)
Por Clair de Lune
Enviado el 21/11/2013, clasificado en Amor / Románticos
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Javier seguía el coche de lejos, esperó a que desapareciera del camino para seguir él, no quería que se dieran cuenta de su presencia, ese camino solo conducía a un sitio así que estaba seguro de que los encontraría sin problemas. Al estar cerca de la zona decidió esconder su moto y seguir por un camino paralelo, necesitaba asegurarse de que Lucía no corría peligro.
David aparcó el coche de frente, intentando no estar demasiado cerca de ningún otro, quería intimidad, desde allí se veía toda la bahía y realmente eran unas vistas alucinantes. Lucía se sorprendió al ver aquellos coches.
- No esperaba que hubiera tanta gente, no sabía que este sitio era tan famoso Dijo Lucía muy inocente.
- Sí, suele venir mucha gente, es un sitio precioso dijo David quitándose el cinturón de seguridad y acercándose a Lucía con intención de quitarle el suyo.
- Puedo hacerlo yo Dijo Lucía sorprendida por el gesto y quitándoselo ella.
- Se que puedes, pero quería hacerlo yo, me gusta estar cerca de ti - dijo acercándose mas- ¿no lo has notado?- añadió acariciando la mejilla de Lucía y mirándola directamente a los ojos.
Lucía no supo que decir, empezó a ponerse muy nerviosa, sabía que David estaba interesado en ella, pero no pensó que esto fuera a pasar, veía sus intenciones y le daba mucho miedo, ella nunca había estado a solas de esa manera con un chico, nunca la habían besado, nunca había tenido ningún tipo de intimidad con un hombre y realmente nunca deseo tenerla con el, se sentía halagada por como la trataba pero no quería que fuera mas allá.
- David, creo que deberías llevarme a casa. dijo Lucía intentando mantenerle la mirada, empezaba a encontrarse muy incómoda con aquella situación, la tranquilidad se había esfumado.
- ¿Por qué, preciosa? ¿No te gustan las vistas?- preguntó muy suavemente, acercándose mas, besándola en el cuello y apoyando su mano en la pierna de ella.
- No estoy preparada para esto, David, perdona si te he dado otra impresión contestó intentando separarse de el, el corazón le empezaba a bombear frenéticamente.
- Relájate Lucía, intenta disfrutar- Dijo David cada vez mas cerca de ella, Lucía estaba empotrada contra la puerta del coche, él le rozó los labios con los suyos e intentó darle un beso, ella apartó la cara bruscamente, pero él, molesto con el gesto, la cogió de la barbilla, la inmovilizó con su cuerpo y la beso introduciéndole su lengua violentamente en la boca.
Lucía no podía moverse, sentía el peso de David contra su cuerpo y no tenía fuerzas para apartarlo, le hacía daño, sentía miedo, el corazón se le salía del pecho, necesitaba salir de allí. Siguieron forcejeando, el intentó subir el vestido, la tocaba por todas partes, ella quería gritar pero la boca de él tapaba la suya, la ansiedad y el terror se apoderaron de ella y le empezó a costar respirar. En un descuido de David lucía pudo separarse un poco de el y morderle el labio, el se apartó soltando un alarido, ella aprovechó el momento de confusión para huir, salió del coche a trompicones y empezó a correr desesperada sin saber hacia donde iba.
Mientras tanto Javier seguía el camino, corría más que andaba, en sus recuerdos tenía que aquel sendero era mas corto y saber que Lucía estaba a solas con David lo tenía aterrado. De pronto de entre los árboles salió Lucía despavorida, Javier no la reconoció hasta casi tenerla encima y ella siguió corriendo sin percatarse de su presencia, estaba totalmente enajenada. Javier la paró con su cuerpo, ella jadeaba, le costaba respirar, tenía la cara desencajada, temblaba descontroladamente.
- Suéltame Gritó Lucía aterrada.- ¡Déjame, Déjame!- Siguió gritando.
Javier la soltó desconcertado, pero no se quitó de su camino, ¿qué le había hecho ese animal?
- Lucía! soy Javi, ¿estás bien? ¿Qué te pasa? Por favor, mírame. Dijo ansioso y levantándole la cara para que le viera, no podía ni pensar en lo que le había hecho David, se culpaba por no haber llegado antes.
- ¿Javier? Dijo Lucía reconociéndole y tocándole la cara como si necesitara saber que era él en realidad Sácame de aquí- le suplicó sin aliento y agarrándose el brazo izquierdo desde que empezó a correr sentía un dolor espantoso en el pecho y el brazo- No estoy bien, Javi. consiguió decirle.
- ¿Qué te pasa?- preguntó Javier aterrado, Lucía tenía muy mala cara.
- No lo sé, pero me duele- Contestó totalmente lívida, su respiración seguía sin calmarse, miró a Javier y sin poder decir nada mas perdió el conocimiento.
- Lucía! Gritó Javier abrazándola para que no cayera al suelo.
Javier la cogió en brazos sobrecogido, era como una muñeca de trabo, no pesaba apenas, parecía como si cargara a una niña, Lucía no tenía color en la cara, su respiración era casi inexistente, la puso con sumo cuidado en el suelo y Llamó a una ambulancia. Salió corriendo como alma que lleva el diablo en dirección a la carretera, la operadora de emergencias le había dicho que los síntomas que le describía eran sin duda de un ataque al corazón, el no lo podía creer, Lucía solo tenía 18 años, no podía ser, la operadora le dijo que le debía practicar un RCP o las consecuencias podían ser fatales. Pero hasta donde ellos estaban no podía llegar la ambulancia, necesitaba llegar lo antes posible a la carretera.
- Aguanta mi vida- le decía Javier sabiendo que ella no le escuchaba, mientras seguía corriendo, lo que fueron apenas unos minutos se le hicieron horas, fue el recorrido mas largo de su vida.
Al llegar al borde de la carretera donde la ambulancia los podría encontrar tumbó a Lucía en el suelo, volvió a coger el teléfono y un médico del Samur le indicó como debía practicarle el RCP hasta que llegara la ambulancia. Rápidamente pero aterrado se puso a practicarle las maniobras de reanimación, mientras repetía como si fuera un mantra, no me dejes Lucía, no me dejes
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