Ella capaz. Ella culpable.

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Quiero enamorarme, eso pensé al levantar la mirada. Soñaba con caminar de su mano, pero no sobre la tierra, sobre el mar, sobre el río. El agua, es inestable, lo se, es líquida, lo se, es transparente, lo sé, es vital, lo sé, es imposible, lo comprobare. Soñaba con bailar, con bailar, que digo, no se bailar, pero que hago si no es soñar. Sueño con ojos de cristal, con palabras dulces e incompletas. Sueño con cafés de media tarde, sin ser cafés, son excusas amargas y liquidas. No me gusta el café. Sueño despierto, imagino sus medias negras, y ahora rotas, me declaro culpable, quiero hacerlas trizas, quiero hacerla trizas a ella. Sueño mal, si no sueño con ella. Sueño con cigarrillos compartidos, manchados de carmín barato. Sueño con su perfume, su olor, ese olor, creo que estoy loco, sólo la he visto una vez, y recuerdo esta el pequeño botón de una chaqueta azul que llevaba aquella mañana, era su juguete, su vía de escape, un botón, era perfecto, era de ella. Parecía nerviosa, me daba igual, yo la miraba. Sueño que será gris, y será mi verde. Sueño con peces y sueño con cuervos. Soñé con una palabra, monosílaba no, esa para otra pregunta, le haré esa pregunta, lo se, ella será mía, aceptara, vi como me miraba, el mundo dejaba de existir, era ella y yo, yo y ella, pero ese es otro tema. Sueño que susurraba, me susurraba música, yo no entendía, eran palabras enlazadas, palabras que para mi no tenían sentidos, nada tenía sentido, ella tenía sentido, era mía, era mi sueño, soñar no esta prohibido, debería estarlo, debería... Sueño con otoño. Sueño con abrigos. Sueño con castañas. Sueño con parques, parques vestidos de hojas secas, parques con ritmo, parques que grujen. Sueño con ella. Sin ella no existiría el otoño. Los abrigos, prendas para señoras ricas de perlas en cuello, vacías por dentro, incapaces de sentir, de sentir como siento yo. Las castañas, va, que diría de las castañas, las castañas son castañas. Bancos vacíos. Quiero bebermela, como bebo la cerveza fría. Quiero cuidarla, como jamás he cuidado nada, jamás me ha interesado nada, pero eso es pasado, jamás me he cuidado, y ahora, ahora lo sé, ahora se que necesito cuidar de alguien. Tengo miedo, mucho miedo. Siento que me entierro, entierro al yo, al yo solitario, entierro mis promesas, entierro los cinco mil treinta y dos días de ideas equivocadas, cambie de opinión, lo se, 30 segundos, suficiente. Ella capaz. Ella culpable.


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