LA FELICIDAD
La felicidad es ese bien tan apreciado, deseado y buscado por toda la humanidad, a lo largo de toda su historia. Hay quien afirma, como Stuart Mill, que preguntarse por la felicidad sería motivo suficiente para hacerla desaparecer, pues cuestionarse por dicho estado de ánimo, supone ver muchas veces lo efímero de tales estímulos y sensaciones, que así nos hagan encontrarnos. Otros, como Schopenhauer habla del obstáculo de la inteligencia para la consecución de la felicidad y que tal insatisfacción, sólo puede acallarse suprimiendo toda consciencia, sumiéndose en el nirvana. Y también dice que frente al pesimismo de la inteligencia, el optimismo de la voluntad.
Si bien es cierto que Eric Front y psicólogos modernos creen encontrar la felicidad en la autorrealización personal, una independencia de pensamiento, en el amor genuino, en la creatividad, en la pertenencia y aceptación de un determinado grupo, etc. Y por otro lado, el obrar bien, supone uno, que la facilitará. Pero siempre habrá motivos que dificulten tales logros, ya que la vida también ofrece muchas dificultades, controversias e impedimentos. Por lo que hay que aprender a trabajar contra la adversidad, el sufrimiento, las debilidades y posibles envidias y rivalidades, para alcanzar lo propuesto, que son nuestras metas. Y aunque en ocasiones alcanzar lo propuesto no nos satisfaga del todo o encontremos vacíos o decepciones, siempre será menos frustrante el logro propuesto en un principio que de no ser así. Y cuanta mayor dificultad se encuentre para conseguir lo que uno se propone mayor suele ser la satisfacción. Por lo que habrá que considerar acertadamente los pasos que nos hacen crecer.
Y hay casos de nadar en la abundancia, de no luchar por nada, que en tales casos la vida acaba resultando anodina o insignificante, porque no se sabe valorar nada y carece de aspiraciones. Llegado el caso por citar algún ejemplo, que hay quien acaba por valorar más una muestra de bondad sincera, como si fuera un oasis en medio del desierto, que aquellos que rodeados de todo y de todos acaban por no saber valorar nada.
Y es que no todo el mundo, por otro lado, está preparado para sobrellevar su carga vital, ni éste es el paraíso muchas veces soñado por todos, y que este mundo tan desigual no ofrece a todos las mismas posibilidades y que tampoco todas las personas les vale lo mismo. Pero a pesar de todo habría que apostar siempre por una creencia de poder, que nos hará más capacitados y suficientes y que siempre nos generará mayor bienestar personal, y los demás a lo mejor no depende tanto de uno. Si se intentan hacer realmente las cosas bien todo tenderá a salir mejor y que lo demás ya se verá como viene dado, porque para todo tenemos nuestras limitaciones aunque en ocasiones se cae en el error de imponérselos nosotros mismos o dejar que alguien nos las imponga.
Y para finalizar diré que en el programa todos presentado por Eduard Punset definen la felicidad como la ausencia de miedo, por lo tanto cuanto más seguros nos sintamos mayor felicidad cabrá esperar.
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