Denunciar relato
La sangre se congela poco a poco. El frío se extiende, llega al corazón y lo paraliza. Ya no hay esperanza. La visión se torna borrosa, se desvanecen las estrellas, la luna, y el inmenso campo de nieve a mi alrededor comienza a oscurecer. Pronto, todo queda sumido en las tinieblas, y mi mente se deja llevar, buscando una salida, luchando por permanecer despierta. Sin embargo, justo en el borde de la extenuación, se rinde, permitiéndose el lujo de condenar al cuerpo y a ella misma a ese sueño eterno al que comunmente llamamos muerte.
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