Sin excusas, sin un porque y sin una causa....

Hoy me apetece decirte que te quiero. Que te quiero. Sí. Que te quiero. Te quiero, sin razones, sin excusas, sin un porque y sin una causa. Te quiero así de simple. Fácil. Sin ecuaciones y sin marañas. Te quiero milímetro a milímetro. Beso a beso. Parmo a parmo. Quiero trazar triángulos, rectángulos y círculos. Quiero conocer tu teoría, pero también quiero practicarte. Te quiero desnudo en mi cama y en mi hombro. Te quiero dibujando, soñando y bailando. Te quiero inocente, rudo y soberbio. Soberbio... Hasta soberbio te quiero. Quiero peleas, y reconciliaciones. Te quiero como el negro al blanco, como la estela a la espuma, como la tinta a Neruda, como las rimas a Becquer. Poemas y versos ¿arte, arte? ¿qué es el arte?, comparado con tus silencios. Contigo quiero cafés de media tarde. Tartas de chocolate. Y cervezas calientes. Quiero compartir fechas, estaciones y más de treinta veintinueves de febreros. Dalí y Gala, Jhon Lennon y Yoko Ono, tú y yo. Quiero dedicarte palabras, sonidos y caricias. Quiero hacer contigo arte, pero tú ya eres arte. Eres mi David, mi última cena, mi Guernica. Mi bañera helada, después de un duro día. Mi julio, mi agosto. Mi billete de tren a ningún sitio. Mis dos palabras, tres sílabas y ocho letras. Tú haces de lo complicado, un juego de niños.¿ Y...Cómo? ¿Cómo no iba a quererte?