La chica de internet.
Por Boomerang
Enviado el 29/11/2013, clasificado en Adultos / eróticos
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Hace algún tiempo tenía un pequeño blog en internet en el cual solo publicaba imágenes y gifs con contenido erótico. La mayoría de los blogs que yo seguía y el de mis seguidores tenían el mismo contenido, incluyendo videos o relatos. Siempre me ha gustado escribir relatos, pero nunca los había hecho públicos.
Un día, vi en uno de los blogs a una mujer que subió una foto personal, mostrando sólo sus hermosos y enormes pechos. No había visto ese blog antes. Exploré un poco más y vi que esta mujer era de mi mismo país, aunque de otra ciudad. En el blog había muchas imágenes de ella, mostrando sus pechos, su trasero, sus piernas, etc. Y también, estaba lleno de mensajes anónimos que le enviaban sus seguidores, admirando su bello cuerpo o enviándole fotos de sus penes erectos, pero hubo un mensaje que me llamó la atención, mas bien, me llamó la atención la respuesta.- Estos mensajes me ponen muy cachonda -Sólo eso decía.
Me atreví a enviarle un mensaje, no anónimo. Le dije lo bello que era su cuerpo y que si me lo permitía, con mis mensajes la dejaría mas que "cachonda". Me respondió en privado que quería ver de lo que yo era capaz. Le dije que escribía relatos, y que su cuerpo me inspiraba a escribir los relatos mas calientes que podía imaginar. Comencé por ese mismo medio a escribirle un relato, inspirado en ella. A medida que lo escribía, (no podía escribir todo el relato, tenía que enviarlo por párrafos), ella me iba respondiendo lo caliente que la dejé, que se estaba masturbando, que quería que le hiciera el amor, que estaba muy mojada... Yo también estaba muy caliente, y mi pene estaba demasiado erecto y se lo hice saber. Me dijo que me masturbara pensando en ella, pensando en su boca, en su vagina, y así lo hice. Terminé el relato y ella me dijo que supe muy bien como hacerla acabar, dentro del relato, y que le encantaría hacerlo realidad algún día. En ese momento eyaculé.
Después de escribirle varias veces, varios relatos, nos pusimos en contacto más cercano. Hablábamos por Messenger y hacíamos video llamadas. Supe como se llamaba, donde vivía y varias cosas mas personales. Me hizo saber que ella vivía sola con un amigo, y que tenían espacio por si alguien se quería quedar por unos días.
Un día, vi el calendario y mis ojos brillaron. Un fin de semana largo se acercaba y era la ocasión perfecta para hacerle una visita a mi amiga virtual. Tenía algunos ahorros guardados así que compré los pasajes apenas pude. Inventé una escusa para mis padres y no pusieron problemas para dejarme viajar. Le dije a mi amiga que se preparara para recibirme el sábado en la mañana.
Así tomé el bus, muy emocionado y excitado por el viaje que me esperaba. Dormía a saltos y siempre soñaba con ella. Mi pene fue erecto todo el camino. Iba algo incómodo porque sentía que una chica me miraba mucho el paquete, pero al parecer solo eran ideas mías.
Cuando llegué a mi destino, ella estaba esperándome en la parada del bus. Usaba unos jeans negros ajustados, una polera blanca y un chalequito de un color verdoso que estaba abierto. La saludé de un abrazo, haciéndole sentir mi pene erecto. Ella lo miró y sonrió. Me tomó la mano y me guió hasta su casa, que quedaba solo a dos cuadras de la parada. Me llevó a una habitación. - Aquí dormirás tu - Me dijo. Dejé el bolso sobre la cama y salí. Me acerqué a ella, saqué un papel de mi bolsillo y se lo entregué. -Es un regalo -Le dije. Le había escrito un relato antes de salir de mi casa.
Nos sentamos en el sillón.- Quiero que tu lo leas -me dijo mientras me pasaba el papel. Yo lo recibí y empecé a leerlo. Ella estaba con los ojos cerrados escuchándome, poniendo toda su atención en mi voz. Estaba leyendo la parte del clímax del relato y noté que ella estaba con una mano en sus pechos y la otra bajo su pantalón. Me detuve inmediatamente. Ella me miró y me dijo -Tus relatos dicen exactamente lo que a mi me gusta -y se acercó para besarme. Su lengua hizo contacto con la mía, era un beso apasionado, húmedo, cálido. Era hora de hacer realidad el primer relato. Sus manos buscaron rápidamente mi pene que ya estaba duro por el relato. Lo sacó del pantalón y lo metió a su boca. Gemí. Pasaba su lengua por mi glande. Luego lo recorría entero con ella y lo volvía a meter en su boca. Lo metía entero en su boca y se ahogaba. Lo sacaba para respirar. Lo escupía y me masturbaba. La aparté y me quité los pantalones. Me tiré sobre ella y comencé a besarla nuevamente. Bajé lentamente por su cuello. Le quité la polera. No usaba sostenes. Puse mi cabeza entre sus pechos. Lamía uno y lo mordisqueaba, chupaba sus pezones. Volvía a besar su boca. Apretaba sus pechos con mis manos. Besé sus pechos, bajé lentamente por su abdomen, por su vientre. Le quité los pantalones y las bragas. Ahí estaba su sexo frente a mí, ese que tantas veces describí en relatos, justo frente a mí. Besé primero sus muslos acercándome poco a poco a su vagina. Besé el espacio entre sus piernas y su sexo. Besé sus labios. Ella gimió. Se tocaba los pechos. Besé su vulva, húmeda. Pasé mi lengua por toda su vagina. Toqué su clítoris con mis dedos. Pasé mi lengua por él. Su cuerpo se retorcía. Mis dedos entraron en su vagina. Mi lengua hacía círculos en su clítoris. Lo metía en mi boca y le pasaba la lengua. Acabó, acompañada de un gran grito. Saqué mis dedos y los metí en su boca. Me apartó y me tumbó sobre el sillón. Me quitó la polera. Se sentó sobre mí. Con su mano metió mi pene en su vagina. Se sentía increíble. Empezó a saltar sobre mí. Sus pechos se movían con su ritmo. Sus manos estaban apoyadas en mi pecho. La acomodé en 4. Sus manos sobre el sillón y la cola bien parada. La penetré en esa posición. Sus gemidos eran excitantes. Le di unas nalgadas. La embestía cada vez más rápido. El sonido de mis testículos chocando con su vulva era cada vez más rápido. Se recostó sobre el sillón con las piernas abiertas. Le di un par de lamidas a su vagina y la volví a penetrar. Me gustaba mas así. Podía ver su cara gozando. Podía ver sus tetas saltando. Ella acabó por segunda vez. Yo estaba apunto de acabar. Saqué mi pene y ella me masturbó hasta que acabé llenando de semen todo su vientre. Tal como el relato. Hicimos lo mismo.
Después de ese gran momento, que fue tan solo en la mañana. Estuvimos toda la tarde recorriendo la ciudad, y toda la noche haciendo el amor. Y así fue la rutina durante tres días.
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