EL REY YOMELOCOMO ( 1/2 )

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LAS AVENTURAS DE MARA Y PEDRITO

Mara y Pedrito son dos niños de seis y cuatro años de un pueblecito de las montañas.

 Un día, jugando en el piso más alto de la casa de Mara, donde tiene su cuarto de juegos, encontraron una pequeña y extraña puerta escondida detrás del armario. La atravesaron y cayeron en un túnel mágico que les llevó a vivir una increíble aventura, donde había un problema que resolver.

Desde entonces, siempre que pueden, suben al piso más alto de la casa de Mara y buscan una nueva puerta que les lleve a vivir otra fantástica aventura.

 En la aventura de hoy viajarán a un desierto donde gobierna un malvado rey muy pero que muy glotón...

                                        EL REY YOMELOCOMO

Mara estaba durmiendo en su cama cuando unos golpes en su puerta la despertaron.

Se levantó de un salto y fue corriendo hasta la puerta para ver qué pasaba.

Era su amigo Pedrito, que no podía esperar más para ir de aventura.

-              ¡vamos Mara, arriba, es hora de ir de aventura! – Dijo Pedrito

-              Pero si aún es muy temprano – contestó Mara medio dormida.

-              ¡Nunca es demasiado pronto ni demasiado tarde para ir de aventura! –Gritó Pedrito muy contento.

Los dos niños, subieron al piso más alto de la casa de Mara y buscaron una nueva puerta mágica. Ésta vez la encontraron detrás del espejo.

-              No digas nada Pedrito. – Dijo Mara - ¿ a que es un lugar muy raro para una puerta mágica?.

Los dos se rieron, porque eso era lo que siempre decía Pedrito. Se cogieron de la mano, abrieron la puerta y se deslizaron por el túnel mágico, que les llevó arriba, abajo, a la izquierda y a la derecha hasta que ¡ZAS!, aparecieron En medio del DESIERTO.

-              ¡Madre mía!, ¡el desierto! ¿Por qué nos habrá traído aquí el túnel mágico? – Preguntó Pedrito.

-              No tengo ni idea. – Contestó Mara – Pero es mejor que busquemos una sombra lo antes posible o el sol nos achicharrará.

Mara y Pedrito caminaron entre la ardiente arena buscando un oasis o una roca que diera sombra para refugiarse, cuando a lo lejos vieron un pequeño pueblo.

-              ¡Mira Pedrito, allí hay un pueblo!, seguro que habrá sombra y nos darán un poco de agua para refrescarnos. – Dijo Mara

-              Y a lo mejor nos dan también comida. Estoy muerto de hambre. – Suspiró Pedrito.

Cuando llegaron al pueblo, se dieron cuenta de que todas las personas caminaban muy despacito. Vieron a unos niños sentados en la plaza, con una pelota delante, pero no estaban jugando. Era un pueblo muy raro.

Se acercaron a una señora que estaba en una tienda de ropa y le pidieron un poco de agua. La señora, muy amablemente les dio dos grandes vasos de agua fresquita. Pedrito le pidió un pastel o algo que comer, pero la señora le miró extrañada y le dijo: -Lo siento niño, pero es imposible. Aquí no hay comida hace mucho tiempo. –

-              Ahora entiendo por qué todos caminan tan despacito y por qué los niños no juegan. Al no haber comido no tienen fuerzas y están muy débiles. –

-              Exacto. – Contestó la mujer. –La gente no puede comer. –

-              ¿Pero y eso por qué? ¿Por qué no han comido?- Preguntó Pedrito.

-              Veréis, allí, en lo alto de las montañas de arena vive el malvado rey Yomelocomo, y siempre viene con sus soldados y nos quita la comida. Si no se la damos nos rompe las casas. Es horrible. – Explicó la señora.

-              ¡Pero qué malo que es ese rey!, ¿cómo puede dejaros sin comida?- Gritó muy enfadado Pedrito.

-              Porque es un glotón y la quiere toda para él. En su castillo hay tanta comida que hasta han tenido que construir dos almacenes para guardarla. Al rey Yomelocomo no le interesa ni el dinero ni las joyas ni nada, sólo la comida.- Contestó un señor que había entrado en la tienda de la señora.

-              ¡Eso no puede ser!, ¡no puede quitaros toda la comida y no dejaros nada!. Ahora mismo vamos Pedrito y yo a hablar con él.- Dijo Mara muy molesta con lo que estaba pasando en el pueblo.

-              No os escuchará, es inútil –Dijo la señora muy triste.

-              Pues este problema lo vamos a resolver, somos Mara y Pedrito, los más valientes y los más aventureros. Resolvemos problemas y misterios, y nunca fallamos. – Dijo muy seguro Pedrito.

Mara y Pedrito salieron del pueblo y caminaron por la caliente arena hasta que llegaron al castillo. En el castillo había mucha gente cocinando, y vieron los dos almacenes llenos de comida que les había contado el señor. Había tanta que podría comer el pueblo entero durante un año.

Se acercaron a un soldado, y le dijeron que querían hablar con el rey. El soldado les dijo que si no traían nada de comer para él, no les recibiría.

Pedrito sacó del bolsillo unos dátiles que había cogido de una palmera que había a la entrada del pueblo. Pero el soldado le dijo que eso era una comida muy corriente, que no era especial y que no le serviría para que el rey le escuchara.

Entonces mara tuvo una idea: Le pidió los dátiles a Pedrito y con una piedra los aplastó hasta que hizo una pasta. Luego le pidió a un señor que estaba cocinando que le prestara un vaso, y metió la pasta que había hecho con los dátiles dentro. Pedrito cogió una hoja verde de un árbol y tapó el vaso con ella.

-              ¡Ahora tenemos mermelada de dátil para el rey! –Dijo Mara.

Al soldado le pareció que aquello sí que era una comida digna de un rey, y les acompaño hasta la sala real, donde el rey Yomelocomo estaba sentado en un gran trono.

( Continua en la parte 2 )


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