la vida es un juego (parte 2)

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Enviado el , clasificado en Intriga / suspense
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-note que revisaste mi caja ¿Por qué?- me pregunto con un raro tono en su voz.

-solo curiosidad. Nada más.

-¿reconociste a la mujer que está en la foto?

-no, ¿la tenía que reconocer?

-no para nada. Mejor es que no sepas quien es- me mira y no puede evitar hacer un gesto de un tono de amenaza- sabes amigo lo mejor quizás es que te entregues y así terminamos esta tortura para los dos.

-¡yo no voy a ir a la cárcel por un crimen que no cometí!

-ambos sabemos que fuiste vos. Ya no lo niegues. Todas pruebas están en tu contra.

-deja de mentir. Eres mi amigo ¿Por qué me haces esto?

-¿Por qué? Porque no, tenes un gran expediente policial quien no creería que asesinaste a una pobre chica y te fuiste. Escapaste como un criminal y yo voy hacer el detective que durante todo un mes dedico todo su tiempo en encontrarte. Me sorprende que no encontraras la caja antes me estaba matando la ansiedad de informar que entraste a mi casa y intentaste matarme. Eras el chivo expiatorio perfecto y aun lo eres. Amigo para llegar a la gloria hay que pisar cabezas siempre es así.

En eso, de su espalda saca un cuchillo, sus manos tienen guantes de látex. Me mira no lo reconozco su mirada era fría, malévola la persona que alguna vez conocí desapareció en el acto. Sostiene el cuchillo en su mano y mi mente piensa que es mi final me imagino ese pedazo de metal clavándose en mi y el admiraría su arte me miraría sangrar y solo se quedaría parado, mirándome morir y se sentiría a gusto con eso. Pero no, el arma blanca se clava en la piel pero en la piel de él. Mira su brazo y deja recorrer ese líquido rojo por todo su cuerpo, su sadismo el placer que le daba ver su sangre me aterroriza. Corro desesperado al cuarto más cercano mientras que el se admira. Es verdad nunca aunque sea la persona más cercana la terminas de conocer. Siento sus pasos detrás de mí, cierro  fuertemente la puerta, ubico todo lo posible para bloquearla. Reacciono estoy es su pieza, la contemplo con un escalofrió que me recorre todo el cuerpo. Busco desesperadamente algo pero no se que, busco, busco pero no encuentro nada.

-amigo no te escondas se que estas ahí- termina la frase con una risa escalofriante- amigo ¿Qué me hiciste? Veo mi sangre caer como una gotera en el techo.

Lloro de la tensión que sufro la desesperación que tengo mi cuerpo cae como una roca al piso.

-dale amigo te perdono por todo lo que me hiciste. Necesito que me ayudes a curarme, el brazo me arde jajaja.

-¡estás loco!

La noche llego tengo que salir no me puedo quedarme aquí. No escucho ruidos quizás se fue, quizás se murió. Empiezo a sacar de apoco cada uno de mis recursos para protegerme. Abro la puerta con un temor incontenible, no está. Bajo lentamente las escaleras evitando hacer algún tipo de ruido ¿adónde voy a ir? Soy un “asesino” ¿Quién me va a creer que fue él, un detective tan importante? Soy un “asesino”. Veo tan cerca la puerta, la libertad momentánea. Cuando percibo un ruido, es el. Noto, siento una ráfaga de dolor que penetra en la pierna “me disparo”. Corro desesperadamente en la nada donde se encuentra su casa. Soy una presa fácil para mí cazador. No tengo a donde ir, no veo nada a mí alrededor ni a él. Me siento inmune, frágil, destructible. La sangre me entibia la pierna es una noche muy fría. Observo su sombra acercándose de a mí, ya no tenía su arma reglamentaria en la mano si no un bate.

Me despierto de nuevo en un lugar frío, supongo que estoy en la casa de nuevo. No veo nada tengo mis ojos tapados, padezco aun mas mi inmunidad. Mis ojos se iluminan de nuevo. Una pequeña luz brilla en una oscuro comedor y el está sentado en un enorme sillón disfrutando mi  lamento, su brazo esta vendado pero juega con él con una gran movilidad.

-¿Qué pasa? Estas raro. No entiendo porque te quisiste escapar yo te trato bien. Deje que un delincuente viviera en mi casa y ¿así me lo pagas? Clavándome un cuchillo en el brazo, pegándote un tiro en la pierna y lo peor, te querías ir sin saludarme. Soy tu amigo no puedo creer que seas tan desconsiderado- me habla moviendo, jugando con su placa.

- un amigo no culpa a otro por un crimen que no cometió. Y siendo él.

-no tiendo de que me hablas. Vos sos el asesino, y yo el detective que te va a entregar- se pierde unos segundos en la nada y se incorpora de nuevo-piensa que es lo mejor, no pudimos hacer nada. Todo es tu culpa, la pobre chica no sabía con quien estaba y ahora ya no se puede lamentar, está muerta ¡la mataste vos!

-¡estás loco! Vos la mataste yo vi las fotos en la que estabas con ella. ¿Cómo hiciste para inculparme? Decime.

- si hubiera sido yo. Te pondría algo en la bebida, derramaría la sangre en tu ropa ¿sabes es muy fácil implantar huellas digitales? Contrataría testigos falsos te ayudaría a escapar dejaría que vieras algo que me incrimine. Y sería un héroe al encontrar un asesino de mujeres. Pero fuiste vos, solo vos.

Yo escucho su ridículo monologo de victoria. Maniobro mis manos en un intento de aflojar las sogas que me sujetan, el nunca fue bueno con los nudos. Lo logro, espero paciente que se dé la vuelta y me tiro encima de él. Adam siente mi cuerpo en su espalda y comienza  hacer movimientos bruscos en una tentativa de sacarme. El saca un cuchillo de la mesa que está a su lado, salgo disparado al piso al sentir un metal frio que roza mi pierna, gotas rojas se apoderaron de este. 


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