DESPUÉS DE LA DUCHA

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Había estado con mi exnovia teniendo sexo durante todo aquel domingo, hasta que ella un poco aburrida de estar en la casa me pidió que saliéramos a dar una vuelta; un poco cansado acepté y le dije que entonces fuera a ducharse.

Ella era una mujer delgada, pelo crespo hasta la cintura, con unos senos pronunciados y desproporcionales glúteos que de solo tocar me ponían a mil.

Se dio un baño y se vistió con una falda en jeam, una blusa de escote prominente y una tanga que sabía me encantaba, lo estaba predisponiendo todo para la noche a nuestro regreso.

Tomé mi ducha de forma normal; estaba agotado por lo rico que habíamos estado haciendo todo el fin de semana en especial ese domingo. Fui a vestirme, y ella me estaba esperando acostada en la cama, vestida a la perfección y jugando con el celular. Mientras tanto, me puse mis bóxer que me quedaban bastante apretados, y como me visto de forma rápida, le indiqué que se levantara para que estuviera lista en un par de minutos mientras terminaba de vestirme.

La habitación era muy pequeña, por lo que a la hora de ella colocarse sus sandalias tuvo que acercarse a mí, lo hizo de espaldas y quedamos trancados entre el diminuto espacio de la cama y el armario, su culo quedó junto a mi pene, y como la falda que llevaba me ponía demasiado hot, empecé a jugar con su vagina, toqué sus tetas fuertemente, restregué mi miembro en sus nalgas hasta que no aguanté más, le subí la falda, ella corrió su tanga de hilo y empecé a penetrarla por detrás. Al principio con movimientos suaves y tiernos, luego la tiré de un empujón cariñoso haciéndole poner su cuerpo sobre la cama y quedando apenas sus piernas, vagina y culito a mi disposición. A medida que aumentaban mis movimientos acompañados por jalones de pelo permanentes, pellizcos en las nalgas, masturbadas en su conchita, apretones en su cintura y mis gruñidos, se subía su nivel de excitación, se movía más sexi y gemía cada vez más duro hasta que lanzó un grito que me detuvo, porque la casa estaba en ese momento completamente llena con gente de mi familia.

Sin embargo, el acto estaba inconcluso, así que dejé bajar un poco la calentura y luego que estuvimos acostados en la cama reiniciamos todo con besos y caricias que llevaron a completar así: le subí la falda hasta el pecho, y sin quitarle la blusa empecé a chuparle con delicado modo las tetas, luego masturbé su cuquita para entonces más que mojada y finalmente subí encima y empecé a penetrarla con una brutalidad increíble; la hice gemir como loca sin ningún alardeo, y ella consiguió hacerme venir en menos de 10 minutos.

Terminamos, y luego de un apasionado beso y un "Gracias preciosa", seguimos hablando, no salimos al fin de cuentas, pero para qué, si en casa la pasamos mejor.


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