Mi esposo, su amigo y yo

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Mi marido siempre fue muy morboso y constantemente cuando teníamos relaciones me mencionaba que le gustaría verme tener sexo con otro hombre, y a decir verdad a mi siempre me había dado curiosidad pero nunca lo había comentado, hasta que un día en el clímax de una sesión entre nosotros acepte la idea de intentar algo con uno de sus amigos que llamaba mi atención.

El se llama Michael, y era el mejor amigo de mi marido, empezamos ha propiciar situaciones candentes para que el se animara a un encuentro conmigo sin que fueran planeadas con tanto detalle pero el siempre mostró resistencia a hacerlo.

Hasta que un día mi esposo y yo ideamos un plan para hacerlo caer, el y yo estábamos a cargo del laboratorio de química en nuestra universidad así que seria el lugar perfecto para comenzar nuestra travesura sexual. Llegamos desde temprano los tres y entramos al laboratorio a inventariar y el nos ayudaría, pero mi esposo mañosamente se salía y nos dejaba encerrados con llave para que nadie pudiera molestarnos, fue entonces cuando aproveche para acercarme un poco a él rozando mi cuerpo con el suyo, entonces el empezó a meter sus manos en mi blusa acariciando mis pechos, la adrenalina de que mi esposo entrara en cualquier momento hacia que estuviéramos cada ves más excitados. Mi esposo regresaba cada cierto tiempo y aunque en ningún momento nos encontró fajoneando yo le contaba cada detalle de lo que habíamos hecho excitándolo tanto que empezaba a besarme y acariciarme apasionadamente debajo de la ropa. Después de calentarnos tanto mi esposo invitó a la casa a su amigo para que pudiéramos seguir con nuestro plan y que al fin pudiera coger con él como tantas ganas tenía. Mi esposo nos trajo unas cervezas para empezar a calentar el ambiente, mientras el alcohol hacia que nos desinhibiéramos más, mi esposo se fue a nuestra habitación dejándonos solos a su amigo y a mí en la sala, en donde él, sin dudarlo, me llevó al sillón y se colocó encima de mi y me empezó a besar y acariciar hasta que se escucho un ruido que indicó que mi esposo se acercaba a la sala, entonces su amigo me soltó y simulamos que no pasaba nada. Así estuvimos jugando en repetidas ocasiones, mi esposo encontraba algún pretexto para ausentarse y nosotros aprovechábamos para fajonear cada vez más y más cachondos. Sin dudar ni un momento en nuestro plan mi esposo me dijo que era momento de dejarse de rodeos y llevarlo a la cama. Mi esposo simulo tener mucha hambre y que quería ir a cenar a lo que yo le dije que me quedaba por que ya estaba un poco mareada y que Michael se quedaba a cuidarme en lo que el iba a cenar. Mi esposo sin dudarlo se fue y la cara de su amigo mostró una satisfacción por al fin quedarnos a solas. Yo sabía que realmente tendría pocos minutos para actuar, así que sin decir nada lo tome de la mano y lo lleve al cuarto. Él por un momento dudó por lo que no tomó la iniciativa, así que yo no perdí más tiempo y me quité toda la ropa, dejándolo ver mi vagina depilada, no le di tiempo de hacer algo cuando ya lo estaba desnudando a él. Para cuando se quedó desnudo su verga ya estaba lista para cogerme, así que de inmediato comencé a mamársela, el de pie y yo sentada en la cama. Cuando ya llené su verga de mi saliva me levanté y recargue mis manos en la cama dejando así mi culo a su vista, él no pudo aguantarse más y me penetró de un solo movimiento. En ese momento yo no pensaba en nada más que en disfrutar, no me importaba si mi marido llegaba, solo quería vivir el momento, estuvimos cogiendo como media hora en todas las posiciones que nos dio tiempo probar, todo lo que practicamos fue por que yo lo propuse y siempre tuve el control de la situación, y eso me calentaba cada vez más. Cuando él estaba a punto de venirse se quitó y terminó fuera de mí.

Michael salió de la habitación apresurándose para irse y así evitar que mi marido se diera cuenta de lo que había hecho conmigo, pero en el momento que abrió la puerta se dio cuenta de que mi esposo estaba en la sala escuchando casi todo lo que había sucedido.

En ese momento Michael trato de explicar lo sucedido, pero mi esposo le decía que no tenia nada que explicar, que era consciente de lo que había pasado y que el no recibiría ningún reclamo, pues era una fantasía que yo tenía y él había hecho todo lo que estaba en sus manos para cumplírmela, pero Michael no entendió razones y salió de la casa a toda prisa.

Yo seguía desnuda y recostada en la cama cuando mi marido entro a la habitación, por un momento estuve nerviosa y temerosa de los reclamos que me pudiera hacer, pero su cara en vez de molestia mostraba lujuria y curiosidad por saber lo que había pasado entre su amigo y yo. Sin perder más tiempo me dijo que le contara todo lo que había sucedido con lujo de detalle, desde el laboratorio de química hasta cuando me encontró desnuda en nuestra cama.

Cuando comencé a platicar paso a paso como se fue cumpliendo mi fantasía, se nos ocurrió ir recreando las escenas y las posiciones que había practicado con su amigo, y cada que mi marido escuchaba como me había tocado su amigo se calentaba cada vez más y empezaba a cogerme de tal manera que me hacía tener orgasmos uno tras otro a tal grado que empecé a sentir que se me dormían las extremidades del cuerpo.

Cuando le termine de contar vimos el reloj y nos dimos cuenta que ya era de mañana así que decidimos descansar un poco, pero despertamos hasta el día siguiente abrazados y desnudos.


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