No sé si considerarlos salvadores porque realmente no vinieron a salvarme. Simplemente tenían poder y eso me atraía.
Cuando una voz que no conocía preguntó si alguien más se encontraba allí salí de las cocinas pues no se trataban de los matones de Izquierdo y mi aún inocente mente pensaba que serían mis salvadores.
Lo primero que tuve que apartar fue el inerte cuerpo de mi madre, el momento más doloroso de mi vida como mortal. Ya no había alma en ese sangriento cadáver aún caliente, la mujer que me había dado la vida había muerto y ya nada me ataba a este pueblo, a esta vida solo quería matar a los responsables, quería su corazón entre mis manos y quería poder para llevarlo a cabo Cual fue mi sorpresa al ver que mis deseos se habían hecho realidad
Al parecer, los que habían irrumpido en el bar eran una banda de moteros. Sin embargo había algo en sus miradas frías que me helaba la sangre. Yo sabía que no eran buenos .
Los cadáveres de los matones yacían en el suelo en charcos generosos de sangre, todos tenían un hueco en el pecho, donde debía encontrarse el corazón.
Un hombre completamente tatuado estaba devorando uno de los corazones con avidez, unos colmillos blancos inusualmente afilados y largos me llamaron la atención. Era una escena terrorífica pero me mantuve firme no tenía miedo, todo lo que podían quitarme en la vida ya me lo habían arrebatado. El ser terminó de devorar el corazón y me ofreció la vida que actualmente llevo. Una vida inmortal, una vida no humana, pero una vida de un ser superior. Gracias a la sangre de mi sire me convertí en un ser rápido y fuerte del que ningún humano puede abusar, aunque no volví por Albanchez, juro algún día que mataré a ese cabrón de Izquierdo.
Fue una sensación placentera la que experimenté en mi Abrazó y mi convivencia con la banda de moteros de Alex fue de unos 17 años. Decidí volvar libre durante una temporada y me encuentro actualmente con una nueva manada.
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