El MURO
Frente de mi casa hay un muro extenso,
de grises paredes, de cuarenta metros,
no luce la pátina que otorgan los tiempos,
ni siquiera muestra grafitis obscenos.
Es un muro triste, es un muro yerto,
impávido, estático, me da pena el verlo,
solo una volqueta que puso el gobierno,
es su compañía, veranos e inviernos.
Cruzando la calle, sobre mi vereda,
dos hermosos árboles, erguidos, frondosos,
como dos amantes, enlazan sus ramas,
se hacen caricias, se llenan de besos.
Se llenan de flores en la primavera,
esparcen su sombra, suave sobre el suelo,
se colman de nidos de pájaros tiernos,
esbozando trinos los pichones nuevos.
Es la paradoja que nos da la vida,
es la paradoja que muchos no vemos,
tenemos el cielo entre nuestras manos,
y sin darnos cuenta, vamos al infierno.
¡ Hay ! como deseo, que un artista loco,
llene de colores ese muro extenso
que plasme su idea, pinte un paraíso,
y que el muro diga ¡ hoy, me e unido al cielo.
Nicolás Ferreira Lamaita.
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