Un Encuentro Inesperado

Mi cumpleaños ya no iba a ser el mismo, no porque ya sea mayor, sino por el simple hecho que no estarás a mi lado. Ese mismo día tenías que viajar antes de mediodía, y resultaba casi imposible pasar un rato juntos.

Pasado el mediodía, ya no supe nada de ti. En el resto del día nada pudo animarme, ni si quiera la visita de mi prima favorita. Aunque ella trato de animarme no pudo. Lo único que podía hacerme sonreír en ese momento, eras tú.

Por la noche, mis padres habían organizado una fiesta. Mi prima sabía lo mucho que me gustaban los anillos, y me regalo uno hermoso, dorado con un gravado especial. Eso me animo un poco a ir a la fiesta. Me puse una camisa celeste, esa que tanto te gustaba, y un chaleco negro, ese que una vez usaste cuando salíamos de una fiesta. Mi prima iba con un vestido coral. Llegamos juntos, en el lugar ya había muchas personas, amigos, conocidos y familiares.

La música sonaba fuerte, eso me aturdió un poco y decidí salir a caminar un rato. Me remangue la camisa y con las manos en los bolsillos camine bajo la oscuridad. Mi prima al darse cuenta me siguió.

Preocupada, me pregunto qué pasaba. Le conté todo, y trato de consolarme. Me dio un abrazo y me convenció de regresar. En la entrada, me asome y note que ya había algunas personas bailando y la música sonaba aún más fuerte. Eso fue suficiente, di media vuelta dispuesto a regresar a casa.

Pero algo me detuvo, una voz conocida me llamaba…

De entre la multitud apareciste. Eras tú, mi princesa querida. Llevabas puesto un vestido azul, y tu cabello caía libre sobre tu espalda. Lucias agitada, se notaba en tu rostro. A pesar de llevar puesto tacos, eso no impidió que vinieras corriendo hacia mí. De un salto te aferraste a mi cuello. Ambos lloramos, no de tristeza, sino de la emoción de podernos ver…