Y bien, ahí estaba yo hablando con Mauro, parado frente a mi en un jardín con una mesa en una esquina. Comenzamos a besarnos profunda y alocadamente, desesperados, solo pude arrebatarle la playera, el con sus delgados pero fornidos brazos me subió a la mesa, solo me levanto la minifalda de mezclilla y metió su mano por debajo de mis bragas, utilizando dos dedos, comenzó a recorrer mi vulva, con suavidad, acaricio mi clítoris, podía sentir lo húmeda que estaba en ese momento, se deshizo de mi pantaleta de encaje, y mientras besaba su cuello, bajo mi blusa de tirantes, para su sorpresa no utilizaba brassier en ese momento, comenzó a lamer, y succionar uno de mis senos, y con el otro jugaba, acariciándolo. Sentí su viril miembro en mis manos, y lo acaricie por arriba de su pantalón.
Solo baje el cierre, el comenzó a bajar su pantalón y el boxer, me abrió de piernas y comenzó a penetrarme, rápida y fuertemente, mientras yo me aferraba a su espalda gimiendo y llorando del placer indescriptible. No se como fue, sin embargo, nos desnudamos, y sobre el pasto, podía ver su piel canela, sobre mi, aun adentro de mi, le pedía que no saliera, y estallando en un orgasmo...Desperté de ese hermoso sueño, húmeda, claramente, y sobresaltada, al ver mis pezones erectos.
Comentarios
COMENTAR
¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales