Por la noche

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Estaciono el pointer color vino, aquel en que ya habíamos tenido varios encuentros, yo tenia 18 y el 22, en ese entonces aun era inexperta y comenzábamos un idilio que se convertiría en tragedia un año y medio después.

Ese día, ambos comenzamos a besarnos, aprovechando la obscuridad de la noche, baje su cierre, y saque ese miembro erecto que tanto deseaba y lo metí en mi boca, comenzando a lamerlo de arriba a abajo, sacándolo y acariciando sus bolas, disfrutando de sus gemidos, suaves, creí que no aguantaría mas, estaba demasiado mojada, de repente sentí un liquido espeso de sabor salado, bajar por mi garganta, al principio me pareció asqueroso, pero me encanto saber que yo lo había hecho venirse

Lo bese, y seguía acariciando su pene mientras el acariciaba mis piernas, mordisqueando alternadamente mis pezones, besando mi cuello, cuando menos lo espere, me arrojo al asiento trasero, bajándome los pantalones y las bragas, acaricio toda mi vagina, e introdujo 2 dedos, cada vez mas húmedos, los saco y lamió lujuriosamente.

Bajo su cabeza a mi pelvis, comenzando a lamer y a mordisquear mi clítoris suavemente, introdujo su lengua, pensé que explotaría, no pudimos soportar mas.

Se sentó, y yo sobre el, metí su sexo en el mío. Ah! que bien se sentía tenerlo dentro de mí, seguimos besándonos y el seguía acariciando mi cuerpo, nuestras respiraciones se agitaban en cada movimiento sobre el.

Me encantas, estas muy estrecha, huumm me fascinas, no pares! Me repetía cuando tenia la oportunidad, a lo que solo respondía; Por favor, termina dentro de mi!!! (No me importo que no lleváramos condón) Te amo, decíamos al unísono, estábamos al borde del éxtasis.

Y continuaban nuestros movimientos, me aferre a su cuerpo, el me sujeto por la cintura, ambos exclamamos un AHHHH!!!!, y sentí un chorro caliente, en mi vagina que se contrajo, solo para sentir la palpitación de su pene.

Aun nos abrazábamos, me levante solo para sentarme a su lado, besar su mejilla, y volver a decirle dulcemente, Te amo.

Siguiendo nuestro camino, nos perdimos en las calidas y negras noches de marzo.


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