REFLEXIÓN O IMPULSO
Es la persona reflexiva capaz de reflexionar, aprender de sus experiencias y tomar decisiones cada vez más apropiadas en función de sus mismas comprensiones. Mientras que actitudes más impulsivas suelen ser menos racionales por parte de uno, suelen ser más imitativas y buscan provechos inmediatos.
Las personas reflexivas, que meditan e intentan llegar a conclusiones, a menudo persiguen provechos más ralentizados pero de mayor enjundia al ser más productivos. Y es que esperar tener o vivir a cada momento aquello que va deseando, dificultan otros proyectos. Por lo que se ha de aprender a esperar logros que exigen un trabajo de constancia.
Podríamos hablar tal vez de inteligencia a quien es capaz de construir y prever un poco lo que va a suceder o quiere que suceda, y de algún modo listo a quien aprovecha cuanto tiene y vive lo que surge en cada momento, pero sin entrar a medir tampoco muchas veces las consecuencias.
Uno cree que sin desperdiciar aquello que le puede surgir a uno y sin poner en peligro las cuestiones de un proyecto de futuro se aproveche y disfrute cuanto va aconteciendo y esté a su disposición, llegando el momento de disfrutar de gozar de frutos mayormente trabajados, elaborados y esperados. Esto supone a veces no vivir todo tipo de historias. Por lo que habría que priorizar, hacer prevalecer y disfrutar con nuestros proyectos. Aprendiendo a discernir que es aquello que conviene, se pueda hacer y no suponga atentar contra lo que se supone debemos ser consecuentes, que es aquello que resulte más importante o necesario para nuestras vidas, sin tener que dejar de vivir otras cosas que tal vez no vuelvan a presentarse. Sería un poco el saber compaginarlo. Cómo en el cuento de la cigarra y la hormiga.
Comentarios
COMENTAR
¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales