NUESTRO SUCEDER
Es el destino aquello que ocurre hayamos hecho lo que hayamos hecho, hay quien puede pensar que nada puede variar lo que vaya a ocurrir y que todo está escrito y predestinado. Si así fuese, de nada serviría lo que uno hiciese y su voluntad para modificar lo que vaya a ocurrirle.
Si bien es cierto que hay muchos factores que determinan el lugar de ser de las cosas y que muchas no pueden controlarse. Y que los contextos pueden variar ostensiblemente introduciendo nuevas variables, ya que una misma persona en tiempos y lugares distintos, lo que le ocurriría, nada tendría que ver con lo que le sucede en su propia existencia.
Pero lo acertado es creer que en cierta manera si podemos posibilitar lo que buenamente nos ocurra, al margen de todo lo demás. Y que a partir de esta mentalidad y creer uno en sí mismo lo bastante, sin llegar a creerse uno un dios, algo alejado de la realidad y propio de mentes infantiles, si puede sin embargo propiciar el logro de unos objetivos, que obrando en función de ellos tal vez se consigan y que de otra manera nunca sería factibles.
Partiendo de la idea acertada de lo que nos contamos es la profecía que tiende a cumplirse. Por eso, lo aconsejable es creer bastante en nuestro esfuerzo, un poco en la suerte y que todo hasta cierto punto es casual. Y que este mundo sin la labor del trabajo paciente y laborioso, ni hubiera permitido ni la creación artística, ni avances científicos, ni el atleta mejoraría, los edificios nunca se acabarían de construir y por arte de magia nada se haría sin una dedicación y quien sabe con que ayuda. Si no fuera de este modo nada avanzaría en este mundo.
Y en gran medida quien puede explicarse en su totalidad los mecanismos que rigen nuestra existencia o lo que en ella ocurre, y menos aún sin la investigación y la reflexión, alejada siempre de una omnisciencia que todo lo desvele. Y es que sin un espíritu de búsqueda de explicaciones y soluciones no se encontraría sentido alguno a nuestro deambular como seres humanos que rigen y van construyendo su propia realidad, lo que supone alejarse de seres irracionales que lo confíen todo a supercherías baratas, que están alejadas de todo pensamiento lógico, sensato y que se corresponda con el desarrollo y evolución del ser humano. Esto supone, a mi parecer, una acertada comprensión de los hechos.
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