LA PRIMERA VEZ DE VALERIA
Por Mr. O
Enviado el 18/01/2014, clasificado en Adultos / eróticos
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Valeria, una hermosa adolescente era una atractiva, sensual, pero ingenua mujer. Tenía 17 años, voluptuosa, verdaderamente deseable.
En una sociedad folclórica en la que tener sexo es más que un suceso una necesidad, ella era la diferente entre sus amigas por aún a su edad ser virgen; simplemente, consideraba que el momento tenía que darse y para dicho momento el tiempo estaba por llegar.
Fuera de todo, ella pensaba que estaba quedándose atrás de la gente por ser inexperta y tener que quedarse callada a la hora de tocar el tema de las experiencias sexuales; así que, decidió buscar el hombre indicado para entregarle ese tesoro que representaba para ella su primera vez.
Pidió ayuda a su amigo Daniel que ciertamente tenía experiencia en el tema, era un habitual conquistador de discoteca y había tenido infinitos acercamientos íntimos con toda clase de mujeres. Daniel, por ser su amiga asumió con total seriedad el asunto, y pensó que la mejor forma era llevar a su preciosa amiga a una fiesta donde seguramente muchos hombres le echarían el ojo a Valeria y en donde alguno habría de atraerle para cumplir su deseo.
Transcurría la fiesta, pero la mujer se sentía incómoda con todas las miradas y las invitaciones que recibía. Después de tomarse algunos tragos y avanzada la noche, Valeria le indicó a Daniel que con quien quería irse esa noche era con él, persona que conocía sus fantasías y que sabía entenderla en esos momentos.
Se retiraron de la fiesta juntos y se dirigieron a un prestigioso hotel de la ciudad en donde se daría el suceso esperado. Todo empezó a darse después que Daniel aprovechara el aumento del deseo en el cuerpo de Valeria para con varios besos subir más su temperatura, prosiguió una serie de caricias que se daban por todo su cuerpo desde el cuello hacia abajo, y desde abajo hacia el cuello que erotizaban al máximo el instante.
Valeria detuvo esto con un leve movimiento y por instinto inició un sensual baile típico árabe a medida que se quitaba con delicadeza la ropa y la lanzaba cálidamente a las manos de Daniel que la observaba gustoso y ciertamente antojado. Llegó el momento de ir a la cama ya con Valeria desnuda y Daniel ardiente de deseo que se quitó la ropa con prontitud.
Inmediatamente después, Valeria que tenía todo preparado sacó de su bolso un paquete de fresas rojas como sus labios y empezó a colocarlas sobre las partes más privadas de su cuerpo. Sin hablar pero entendiendo el mensaje, Daniel inició un frenético paseo por los sitios de ubicación de las frutas y con su lengua fue retirándolas poco a poco hasta que no hubo una.
Valeria se sentía verdaderamente excitada y el placer que poseía su cuerpo era indescriptible, le temblaban las piernas y estaba deseando recibir la primera penetración de su vida.
Esa primera penetración tardó un poco más, pues Daniel que conocía los posibles gustos de su amiga usó un par de vendas disponibles en el hotel para con una atarle las manos, y con la otra tapar sus ojos y continuar con juegos eróticos que terminaron poniendo a punto a los descontrolados amantes.
Finalmente, Valeria poseída por el calor, el deseo y el placer le imploró a Daniel que le hiciera el amor como nunca, deseo al que el hombre accedió sin resistencia ya que también se encontraba en un estado máximo de clímax. Fue un momento difícil a la hora de empezar la relación porque no entró con facilidad y generó un poco de dolor que combinado con la satisfacción de la chica terminó siendo fantástico.
Duró poco, pero tuvo los suficientes ingredientes para hacer estallar a ambos en un definitivo momento de gloria sexual y de alegría.
Al amanecer próximo, Daniel y Valeria extasiados de la noche anterior y agradecidos mutuamente se saludaron de un cálido y romántico beso que se alargaría en una profunda relación de novios marcada por acontecimientos cursis y encuentros sexuales repetitivos pero todos definidos por la innovación y la fantasía.
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