Sentada en aquella cama, con las manos ocupando toda mi cara, sin querer saber si es día o noche, quiero esconderme de mis sentimientos, tan fuertes por él, que un día enamoró mi alma y conquistó mi cuerpo a base de caricias y gestos y mil palabras de las cuales las únicas que recuerdo son te quiero.
Y ahora el viento se las llevó dejándome ver la realidad que tapo abochornada por mi estupidez al enamorarme de quien no valora mis gestos y caricias y que sólo quiso mi cuerpo y sus comodidades.
Perdona por pensar que tus te quiero eran reales.
Perdona por creer que tus caricias eran verdades.
Perdona por sentir que tus labios eran sinceros.
Gracias a la niebla que tenía en mi corazón he sido feliz durante este tiempo.Ya no hay más trampas, ya no hay más mentiras, ahora veo claramente y siento que mi corazón está preparado para recibir el amor verdadero.
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