En secreto

La vi desde el primer dia, una hermosa niña con cara de muñeca japonesa, muy delicada, a excepcion de sus ojos.

Su piel es blanca, cabello rizado de color castaño oscuro, sus ojos un poco grandes de color miel, pequeños y delgados labios rosas, sin ser muy alta ni muy delgada me cautivo, ese aire de inocencia.

Era nuestro primer dia en la preparatoria, se nos pidio decir nuestro nombre y fecha de nacimiento, y asi ella se presento a la clase,

-Hola mi nombre es Tania, mi fecha de nacimiento es dd/mm/aaaa

¡¡¡Increible!!! dije para mis adentros, pues cumplimos años el mismo dia, y tenemos la misma edad. 

Y asi pasaron los dias, he intentaba acercarme a ella, sin embargo su hostilidad me lo impedia, y me apenaba al verla pues como dije, me fascinaba.

Los dias se convirtieron en semanas y me daba por vencida, pero tenia que acercarme a como diera lugar.

Cierto dia, me cambie de asiento, pues gracias a mi miopia, no lograba ver mucho, y el unico asiento libre, era donde se sentaban Francisco y ella.

¡¡¡Por fin!!! Pude acercarme y conocerla, y cada vez me encantaba mas, y asi nos hicimos mejores amigas, y yo embelesada, alcanze a robarle dos besos, no muy apasionados, nuestros labios no tocaron los mios, pues teniamos cubrebocas.

Por azares del destino, hubo un momento en el que llegamos a compartir a un "hombre" (Alejandro), quien hablaba cosas negativas sobre mi a ella y viceversa.

Llegue a odiarlo con todas mis fuerzas, puesto que la hizo llorar muchas veces, y ademas se atrevio, a tocarla, ese aire inocente, fue manchado por sus manos, yo habria dado todo, por que eso no pasara.

Mi deber es protegerla, porque ella, a pesar de ser hostil, la amo, con sus defectos y virtudes.

No se si acaso es atraccion la veo, como a alguien que debo proteger, me encanta su forma de ser, le agradesco darme esa amistad inviolable; pero admito que su pequeño y regordete cuerpo me gustan. Mas no puedo pretender tener una relacion con ella, pues de antemano se que no sera asi, y que no nos haria felices completamente, y me arriesgo a perderla, asi que debo conformarme a amarla en secreto.