LA SEÑORA

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Yo me considero un chico normal, mi nombre es Roberto, no soy muy hermoso, soy de rasgos toscos, por eso nunca fui muy atractivo, pero a pesar de todo nunca me sentí discriminado, estudie en un buen colegio fui un alumno destacado, por ello entre a la universidad para estudiar ingeniería comercial con una beca por buenas calificaciones, pero mi gran alegría llego con Patricia una gran mujer quien se convertiría en mi novia. Ella a diferencia de mi era hermosa, muy hermosa, de cabellos castaños, ojos color miel, piel blanca y de un cuerpo muy sensual. Fue elegida como reina del carnaval por dos veranos y a pesar de tener muchos pretendientes, me eligió a mí para ser su novio, yo la amaba y sabía que me amaba.

Pero la discriminación se empezó a sentir, con esta relación, la familia de Patricia, no me quería mucho y por ello decidimos mantener esta relación fuera de casa, al pasar algunos días, Patricia se ganó a simpatía de su abuela, doña Matilda, una mujer de carácter fuerte, dueña de muchas hectáreas de terreno, usado para empresas agrícolas, era viuda, pero todos los que la conocían la respetaban y le apodaban “la señora”

La abuela Matilda fue un gran apoyo y gracias a ella pudimos mantener una relación sin que nadie nos molestara. Pasaron unos meses y la relación iba muy bien éramos muy felices y como ya estaba terminando mis estudios, podía hablar de matrimonio con Patricia, en verdad me sentía en el paraíso, pero como en el paraíso también hay serpientes algo muy terrible esta por suceder.

Al llegar la primavera Patricia sintió le deseo de entrar a un gimnasio para entrenar, quería tonificar su cuerpo, pero no lo vi con muy buena cara, pues, sabía que en el gimnasio estaba llenos de hombres hermosos en busca de mujeres, eso me ponía muy celoso, así que este tema fue un foco de discusiones, que pusieron en peligro nuestra relación, pasaron algunos días y doña Matilda nos sentó en una habitación y con su mediación pudimos arreglar las cosas, doña Matilda contrato un entrenador personal para que trabajara con patricia en su casa, fue una buena solución, pensé, pero al conocer al entrenador un hombre alto lleno de músculos, rubio de ojos azules, mis celos, me llenaron de odio y disconformidad, pero ya había hecho la promesa a Patricia que respetaría el acuerdo. Pasaron dos meses y el trabajo hizo resultados. Patricia se puso muy hermosa, completamente tonificada, fue genial, lo reconozco, pero los hombres se fijaban en ella y mis celos eran una gran agonía.

Al terminar el año, egrese de la carrera y empecé a realizar la practica en una de las empresas de doña Matilda, trabajaba todo el día, pero tenía tiempo para estar con Patricia. Un sábado compartíamos en la piscina de la casa de la familia Patricia yo y unos amigos de ella. En esta ocasión Patricia decidió estrenar su cuerpo con un pequeño y sensual bikini negro, todos quedaron sorprendidos y yo también, pero ese momento me lleno de odio, en los días siguiente, tuve mucho trabajo, tanto que no podía ver a Patricia, solamente los sábados y domingos. Pero fue un día martes que doña Matilda me llamo a su casa para tener una reunión con ella, pero al llegar a su casa, encontré a Patricia con unos amigos en la piscina, ella con su bikini negro jugaba con sus amigos, eso me lleno de enojo, pero esto era el comienzo del desastre. Doña Matilda, me pidió que fuera a la capital unos cuantos días para ayudar al contador de la familia don Manuel hacer unos cuantos tramites, no quería ir, pero, era parte de mis labores, ya en la capital, después de realizar los trámites, con don Manuel fuimos a un bar, ya algo ebrios, el me confesó que había visto a patricia muy seductora con su entrenador y en las noches a ella con sus amigos corriendo a los potreros. Eso me dejo muy mal, en esa noche me imaginaba a patricia con sus amigos teniendo relaciones sexuales, en la piscina o en el granero, eso me lleno de ira, al grado que al llegar al pueblo tuve una gran pelea con ella, tan grave que terminamos la relación, a pesar de todo, doña Matilda me dejo terminar mi practica y después de eso, me aleje de Patricia para siempre, a pesar que me titule, sentía un dolor en mi corazón, necesitaba a Patricia, trate de contactarme con ella pero me entere que tenía una relación con su entrenador personal, eso, fue el fin para mí, con todo así, no me rendí y trate de reconquistarla, pero era en vano, por una amiga supe que iba a ir sola al hospital a realizarse unos exámenes así que la espere, al salir del hospital hablamos y me dijo que estaba embarazada de su entrenador y que se iba a casar con él, ya sentí que nada más se podía hacer, la perdí para siempre, aunque, penándolo bien, había una salida, doña Matilda, hable con ella y le propuse que amaba a su nieta y que quería casarme con ella sin importarme que esperara un hijo con otro. Doña Matilda me sonrió y me “dijo si tú la amas te ayudaré y hare que Patricia se case contigo” al tiempo, patricia termino su relación con su entrenador y nos reconciliamos y nos casamos.

Días después, doña Matilda fue a ver al entrenador de Patricia al gimnasio de él. El la miro y dijo – llega más que puntual- y doña Matilda le dijo – siempre soy puntual- sacando de su bolso un sobre con una gran cantidad de dinero se la entregó al entrenador y dijo –lo que acordamos- el entrenador ojeo los billetes y doña Matilda agrego- fuiste muy astuto e inteligente, espero que mi bisnieta sea igual a su padre- y el entrenador la miro con extrañeza y comento – pero, no sería más fácil que Patricia se casara con un hombre atractivo y con dinero- a lo que doña Matilda agrego – sí, pero a mi nieta, como a su madre le gustan los hombres feos, por eso te contrate para que me dieras un bisnieto hermoso y con un padre con buena carrera económica le dará todo lo que necesite… eso mismo lo hice con mi hija, la madre de Patricia, pero esa vez contrate a un salvavidas para que me diera una nieta hermosa- el entrenador se sonrió y dijo, bueno, que le vaya bien con su bisnieta- ella dando media vuelta dijo - ojala invierta este dinero en el gimnasio, pues, en este pueblo se necesita más gente hermosa- y diciendo esto se marchó.


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