Denunciar relato
No me quieren en esta casa.
Solo puedo comerme los restos de la comida que dejan ellos, y eso si se dignan en dejarlos en un sitio de fácil acceso.
Cada vez que me ven se ponen a chillar como si hubieran visto el mal en persona y se apartan al pasar por mi lado. Incluso a veces me han querido asesinar.
Decidido. Mañana me voy de esta casa y empiezo a buscar otra en que no les moleste mi presencia.
No es fácil ser una cucaracha, y menos cuando eres familia numerosa.
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