Una vez un amigo me dijo: Wey, el que domina el alcoho,l es bien cabrón.
Yo lo veía retorciendoce entre su propio vómito y las torturas de la cama voladora.
Él era, y sigue siendo, una de las personas con más resistencia a las drogras que he tenido el honor de conocer. En repetidas ocasiones hemos compartido marihuana, cocaína, éxtasis, etcétera... Mas sin embargo, nunca he podido aguantar su ritmo.
Toda mi vida he aceptado que el alcohol es mi debilidad. Y declaro que llevo más de seis meses bebiendo diario.
-¿Qué debo hacer en este estado? -dijo tambaleante.
Tomé una cubeta y le puse un poco de agua.
-Acuéstate en tu cama, y cuando sientas ganas de vomitar, hazlo en la cubeta -dije mientras le ayudaba a quitarle los zapatos.
-¿Alguna vez te ha pasado esto? -preguntó.
-Sí, muchas veces.
-¿Y alguna vez te ajeró alguien? Digo, es que me ya me ajeró varia banda.
-El problema del alcohol no que te ajere banda, el problema empieza cuando tu familia o amigos cercanos te la hagan de pedo. Es más, hace unas semanas me partieron el culo, y me tuvieron que poner tres puntadas en la cabeza.
¡¡WWJJHHAACC!!!
Vomitó. Luego se limpió la boca con la manga de la playera.
-Wey, he probado un chingo de drogas, y te puedo decir que lo más difícil de controlar es el alcohol -decía mientras se arropaba con la cobija.
-La diferencia entre las drogas y el alcohol -comencé-, es que las drogas, llevadas al extremo, no pueden más que llevarte fuera de la realidad, o matarte, matarte para siempre. El alcohol es totalmente diferente; en exceso, el alcohol no te lleva fuera de la realidad, te mata en ese mismo instante, pero eso no es lo peor. Lo peor es que después de matarte, te da la oportunidad de revivir al día siguiente.
Para cuando hube termidado de enseñarle a mi amigo algo sobre el alcohol, ya estaba completamente dormido.
...No tenía, ni tiene, aún, idea de cuátas cosas podía enseñarle...
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