UN RECORRIDO POR MI PIEL

Tiene una mancha en la pierna, en el muslo, más rosada que el resto de su piel. Cierro los ojos e intento situarla exactamente y no lo consigo… es un desafío reencontrar ese lugar en mi próximo viaje.

Mirare de iniciar la travesía desde sus elegantes pies, quizás entreteniéndome en sus dedos, dudare del punto de partida, pero creo que si empiezo en el pie izquierdo tendré un viaje rápido y seguro… no, mejor empezar desde el derecho y estar obligado a un transito más largo y apasionante.

Volver a encontrar los puntos de la risa, donde suaves vientos provoquen ligeros temblores en todo ese increíble universo, medir los dedos explorando sus pliegues…. subir rodeando el tobillo, seguir la pierna hasta descubrir nuevamente las rodilla y en ese punto de ascensión decidir el lado por el que continuar, por la piel suave y zonas internas o rodear por detrás buscado las mágicas nalgas, suaves de piel y compactas.

Vencida la duda, quizás un camino mas largo: buscar por detrás, subir y bajar, una nalga y la otra, sentir las curvas, la suave redondez, el final de la columna que continua hacia abajo… descender después, por el exterior y girando, hacia la mancha buscada en esa zona del muslo izquierdo. Redescubrirla, cartografiarla y emprender viaje de vuelta por el interior de la pierna hacia ese lugar donde un suave monte comunica con la otra pierna... allí, !ay¡ allí… perderse entre pliegues y oquedades…. perderse...