Noches no mencionadas

Y ahí estaba ella,

Con sus ojos brillantes, sus labios rojos y su piel, de color entre madera y ocaso.

Sus manos jugaban a crear imágenes ocultas con un cigarro ya medio extinto, mientras su mirada recorría el lugar.

Entre una tenue nube de humo y música de fondo disfrazaba mis emociones,

la distancia entre sus manos y las mías era tan corta que la hacía eternamente distante.

Una mirada tan llena de pensamientos, tan llena de historias, observa de reojo mientras toma un poco de cerveza.

Una sonrisa tan cálida, tan acogedora, que casi se transforma en un abrazo.

Eres una serie de experiencias tan fuertes, tan poderosas que extingues mis fantasmas, y aquí sigues, frente a mí, sonriendo con tanta energía.