Cuatro colores

La formación de nueve vagones se detuvo en el andén cinco de la estación intermedia rumbo a Plaza Constitución. A pesar de ser fin de semana iba cargado de gente como si fuera en hora pico de un día laboral.

El color predominante entre la multitud que se amontonaba en la estación era el celeste, desde un claro pálido hasta un casi azul cielo.

Esta masa uniforme colorida se movía lentamente de un sector a otro simulando abandonar el sitio para dirigirse a la avenida principal que cruzaba las vías del ferrocarril, pero solo unos pocos seguían ese rumbo mientras el resto permanecía deambulando por algún motivo, como ocultando un secreto que a esa altura había dejado de ser tal.

Otro de los andenes guarecía al rojo y negro como colores destacados de las vestimentas y trapos flameantes, que rodeados por un azul oscuro uniformado, aguardaban el momento de reiniciar la peregrinación hasta el destino final.

Decidí no bajar del tren y cambiar de planes. Se olía un pronta mixtura entre el celeste fuerte, el rojinegro y el azul noche. La formación arrancó luego de dos minutos de detención y esa fue mi última imagen colorida de aquel domingo de diciembre.

En el estadio de Huracán asistí a desgano a la derrota de Boca Juniors ante Argentinos Juniors por4 a2. Todo fue gris esa tarde para mi.

Esa jornada dejaba como saldo el paso del C. A. Temperley a la semifinal del campeonato Nacional de futbol de 1977 al derrotar a Newels old boys por3 a1, ademas de los cuatro muertos y doce heridos que quedaron en la estación intermedia del Gral. Roca.