SOLILOQUIO DE UN MURCIÉLAGO
Por GARITA
Enviado el 17/02/2014, clasificado en Varios / otros
1616 visitas
Entristecido por el miedo que infundía, pensativo y con insomnio diurno, se dirigió pacientemente hacia lo alto del socavón; sorteando la debilidad que le producían los rayos soleados del ardiente día, gesto irreverente y suicida, sólo, por cambiar su monotonía, y allá, en la cúspide, tembloroso, alzó su elegía, hacia una audiencia que no le oía
Tal vez lo que critiquen es el hecho de que nuestra especie, sea la única que pueda elevarse de manera natural por el ancho espacio de este universo; seguramente lo difícil, es reconocer que somos, entre otros, cupido entre las fieles flores y agentes de viajes de diversas semillas, en asocio con los vientos colosales.
Sólo, somos diversos: insectívoros, frugívoros, omnívoros; como los géneros literarios, los colores, los olores, las expresiones en los rostros pero nos convirtieron en generalizadas leyendas hematófagas, por dos o tres especies que comparten sus gustos con mosquitos y zancudos.
Y aun así, hemos realizado apacibles viajes nocturnos, poblando las noches y recónditos lugares de los magnos continentes.
... !Se aproxima mi hora!, después de las exhaustas reflexiones, llega un viento vespertino, mis ojos, con un gesto tímido, se entornan; profundos plantíos que alimentan y enriquecen humanos, se abren ante mí como caminos; es el momento, nuestro escuadrón se alista a combatir las plagas que afligen los campesinos cultivos, pues, ni ellos ni nosotros, queremos los malignos plaguicidas.
Ecolocación, no sólo contra objetos: los delfines, cachalotes, guácharos y vencejos, compartirán mi idea; para saber la distancia del peligro, del que juzga, del que destruye.
Ecolocación, para colonizar la Antártida.
Comentarios
COMENTAR
¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales