Mi noche sin deleite

Era una noche lluviosa y con relámpagos, los cuales avivaban mi sed de pasión; precisamente este fin de semana me sentía diferente, mi cuerpo emanaba un aroma intenso pidiendo calor y un hambre de fornicación. Cuando lo sentí entrar mi cuerpo se erizo, sentí un calor que quemaba mi vientre y sentí una humedad quemante en mi interior. Muchas veces lo había deseado, sentirlo dentro en lo mas profundo de mi ser, sentir como vibraba al dejar en mi su calor y esencia de hombre, pero hasta hoy no me animaba a provocarlo. ¿Seria quizás por ser el esposo de mi hermana? Que locura en mi cabeza.