Cuánto daño ha hecho Xplora
Por Andrea López Zanón
Enviado el 24/02/2014, clasificado en Humor
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Sí lo admito: me gusta mucho fantasear. Ya sabes, soy una de estas personas que mira al cielo cuando va sentada en el coche esperando a ver algo inusual en él. Pero que lo espera con ganas, con ilusión, nada de tonterías. Incluso me pongo nerviosa pensando en qué haría si en ese momento surcara los cielos un extraterrestre perdido en la vía láctea. Sí. Un extraterrestre. Que digo yo lo primero que se me pasaría por la cabeza es en qué narices estaba pensando ese para terminar metido aquí, con la que está cayendo. Pero bueno.
Volviendo a lo que nos interesa, es decir, a mi. Yo soy de las que cree que Obama en realidad es un enviado especial del planeta Sinus. Que lo llamo Sinus porque todavía no domino el lenguaje extraterrestre y no consigo hacerme con una traducción fidedigna de su planeta de origen, que si no seguro que sonaría mucho peor. Además llego a plantearme (plantearme, que no planeta) seriamente aquello de si los marcianos, humanoides no terrestres o mocos verdes con extremidades poblaron la Tierra hace millones, pero MILLONES de años para transmitir conocimientos a nuestros antepasados. Oye, que dicho así suena muy loco. Pero tú te pones un documental de estos de Xplora, sí sí, de estos de Generación alien, o Teorías de la Conspiración, o pongo a unos tíos gritándose entre sí y consigo que la gente se enganche al programa y atención, NO SUENA A LOCURA. Al contrario. Yo he terminado viendo marcianos y espíritus extraviados por todas partes. Y en algunos momentos, escasos y poco habituales, todo hay que decirlo, me viene la cordura y me digo joder, chica, ¿no tenías ya suficiente con tus pajas mentales? Pero no. Se ve que no.
Y es que al ser humano le gusta complicarse la vida. Como lo lees. Le gusta. Por extraño que a todos os pueda parecer. He dicho extraño, no extraterrestre, que ya empezamos a asociar y terminamos todos viendo cosas donde no las hay. O sí. Bueno, no sé. La cuestión es que nos complicamos la vida. Pero como estamos hablando de mí, no me pondré a teorizar sobre lo que hace el resto de la sociedad, que al fin y al cabo nada tiene que ver conmigo. ¿O sí? Joder, voy a tener que llamar a Xplora para que hagan un programa de mi indecisión, acrecentada en épocas premenstruales y menstruales. O sea, siempre.
En fin. Que lo que yo venía a decir era otra cosa. La verdad es que me gusta ser una persona poco convencional, en cuanto a creer en vida extraterrestre y en el aspecto más esotérico de los mayas (que no veas que toca pelotas con el calendario, que ese día estaba yo con las piernas temblando), pero a veces me da la sensación de que cada vez estámás de moda. Y oye, que si tú lo sientes me parece perfecto, pero aquí hay gente luchando por la igualdad entre marcianos y seres humanos desde el principio de su existencia. Antes de Xplora, digo. Y a mi eso de imaginario colectivo pues me quita las ganas de vivir.
Sí. Me las quita. Como muchas otras cosas. Pero ciñámonos a esto. ¿No os ha pasado lo de llevar una camisa vieja de tu padre, de estas que ni con pinzas la cogería cualquier otra persona cool o puesta a la moda, que la lleves a gusto simplemente porque NO se lleva, y que de repente, porque una tía rica se lo ha puesto en un desfile se ha autoproclamado la prenda del año? Pues a mi sí. Y desde entonces no me llevo bien con esa camisa. Y con mi padre tampoco. Pero esa es otra historia.
Es que joder, al final uno ya no sabe ni quién es. Porque ¿quiénes somos? ¿de dónde venimos? ¿a dónde vamos? ¿Veis? Ya me empiezo a agobiar, y termino poniendo Xplora para sentirme comprendida. Pero no he venido para hablar de esto. ¿O sí?
Ya no me acuerdo.
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