HUELLAS

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HUELLAS

 

En realidad, no miraba asía ahí…Bueno si, pero no veía lo que estaba mirando… Lo cierto es que intento pensar sobre…, sobre las huellas y…eso… ¡Pensar! Debería haberlo aprendido. Llevo haciéndolo demasiado tiempo. Lo único que hago, desde hace casi 30 años. Es como para no aprenderlo. ¡Joder! Al menos eso.

Es una pared amarilla, "amarillo natilla". Aburrida, plana,…vertical. Huellas. Se a quien le importa este asunto sobre las huellas. Pero me lo estoy tomando con calma.

¿Porque todo el mundo dibuja el sol en amarillo? ¿Y porque no existe la expresión, o la definición; "amarillo sol"?… ¿Y porque diablos sigo fijándome en la puñetera pared? Me estoy concentrando. Ya me conozco. Siiii.

El rastro. El indicio de haber estado allí. ¡No! Aquí. De haber permanecido a este sitio. Estomago nervioso. ¿De que color? Se me va de las manos. Otra vez. Cada vez.

Si estuviese mi pequeña, iba a exclamar; ¡Paapiii! Y yo; ¿Qué?

-          Te haz tirado un pedooo. – culpándome cariñosamente con su vocecita. – a ver hija, te aseguro que no me avisó para nada. Por tanto, no le tiré ni le eché. Se me escapo. Sin avisar. Ella me miraría con sus ojazos, y empezaría a adornar al estanco aire con su campanita risa.

Bueno. De lo que iba. Aaaa…hmm. Huellas. Rastro. Indicios…

-          ! Espérame cariño! – no corras tanto. Papa ya viene. Yo, ya voy…

-          Ya voy..

 

RÚEN PAUTALIA

28.02.2014


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