Entre pasteles y cumpleaños fragmentos del primer capítulo

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CAPITULO 1

Q

CUMPLEAÑOS DE TÍA ELENA

 

ue linda esta llovizna fresca de verano, en vez de ir en el auto deberíamos ir caminando hasta el cumpleaños de la tía Elena, pensaba Lola mientras miraba con devoción a Andrés que cansado manejaba con cuidado por la avenida.

Sabía que debía ser cuidadoso al frenar, el auto estaba lleno de comida que Lola había preparado, ella tenía una empresa de catering que se llamaba “Deseo concedido”, para estas fechas la empresa era próspera y ella con su esfuerzo y largas meditaciones ahora sí podía permitirse días libres, ya que sus empleados eran los mejores y ella confiaba en ellos como para ausentarse sin remordimientos. Esto no era posible hace 3 años cuando Lola se cruzó por accidente con Andrés en la parada de subte. Ella era obsesiva y obstinada no dejaba los eventos en manos de nadie. Lola nunca viajaba ni en tren, ni en subte, pero ese día tenía que llevar una torta para un festival benéfico y era de suma urgencia que viajara. Desde ese instante en que se conocieron porque Lola lo atropelló con el pastel, nunca se separaron. Andrés cuenta la historia como una película, dice que sintió un olor a vainilla que le abrió el apetito y al darse vuelta se encontró con el biscochuelo más exquisito que probó en toda su vida, un bizcochuelo con forma de mujer, lo primero que vio fue su espalda que delataba delgadez pero una musculatura armoniosa para su estatura, un tatuaje debajo de su nunca y ese olor a vainilla…

Al darse vuelta la sonrisa más encantadora, esos ojos grandes y su caballera descuidada color castaño claro, que combinaba a la perfección con su tono de piel trigueño y esa boca pintada de color carmín.

Lola por su parte es más directa cuando cuenta la historia, dice: me llevé puesto a un bombonazo en la parada del subte, con un culo tremendo y dos faroles negros que me ojearon y me enamoré a primera risa.

El primer encuentro o “atropellamiento” como le gusta inventar palabras a Lola,  terminó en risas, comiendo torta rota y tomando mate en un subte, el mate que llevaba Andrés a su trabajo. Andrés tampoco nunca viajaba en transporte público, trabajaba en una escudería, pero ese día su camioneta se estaba ploteando.

Más tarde fueron a una pastelería juntos a reemplazar el biscochuelo que Lola había preparado para el festival, luego al festival benéfico, luego a tomar un café, luego a una plaza a ver las estrellas, y los días pasaron, pasaron meses, pasaron años.

Camino al cumpleaños de la tía, ella lo miraba sin que el se diera cuenta, su pelo oscuro lacio y corto, su tez morena, esos ojos penetrantes y profundos, negros como la noche, sus pestañas remarcando y resaltando la belleza de sus ojos, esos ojos de los cuales quedó prisionera desde la primera vez que los vio. Su nariz perfecta, como podía ser tan varonil, y a la vez tan dulce?

Amaba la forma en que la trataba, su encanto al tocarla, al cuidarla.

Lola no podía aguantarse la noticia que tenía preparada para Andrés, las comisuras de los labios bailaban inquietamente, para no delatarse porque su hombre la conocía, hacía chistes y juntos reían, mientras en el auto sonaba♫CAUSA Y EFECTO♫♪de Jorge Drexler.

Lola no paraba de canturrearla mientras Andrés de reojo la miraba y la deseaba como siempre, entonces comenzó a pasar su mano por la entrepierna de Lola.

Lola se reía apartaba su mano y le decía__ No sea degenerado!! estamos llegando a la casa de Elena…

Andrés amaba las contestaciones de Lola, siempre le robaban sonrisas, que ocurrente, degenerado, le decía, si era su mujer…

Bajaron del auto tocaron el timbre mientras esperaban recogían del baúl las tortas, tartas, pasteles y cuanta cosa dulce podría uno imaginarse.

Lola colaboraba con lo que hiciera falta le daba a elegir al cumpleañero y le preguntaba: ¿ que hago, dulce o salado?

Por el pasillo de la antesala se escuchaba las voces de los niños de la familia, y el grito de la tía Elena anunciado que Lola y Andrés ya habían llegado.

___Hola hermosa que bonita estas!!!!!!!

___Gracias tía feliz cumpleaños!!!! Quiero apoyar estas cositas para poder abrazarte.

___Tía feliz cumpleaños. Yo también estoy hermoso? Decía Andrés sonriendo.

Saludaron a los niños quienes rodearon a Elena como siempre, mientras Andrés desde la ventana de la cocina apoyaba la última tarta, observaba el alboroto que Lola causaba con esas criaturas.

Una fiesta, mientras ella bailaba y canturreaba con los niños en el jardín parecía que era una más de ellos, no existía vergüenza alguna de su parte, de no ser por su cuerpo que delataba que era adulta no había diferencia entre ellos y ELLA... mi ella como solía pensar él.

____Hola peques…

Decía Andrés y los varoncitos golpeaban sus puños contra los de él, mientras las niñas sonreían y corrían a abrazarlo.

Entrando al patio de la casa la llovizna ya había cesado en una mesa los adultos sentados, riendo como siempre, fue una noche de verano repleta de anécdotas viejas y de música.

Elena era la tía de Andrés, quien lo cuidó toda su vida desde que sus padres fallecieron cuando el tenía apenas 5 años.

Elena y Joaquín se hicieron cargo de la educación de Andrés, y de darle amor como a un hijo más.

Francisca y Arsenio los padres de Andrés perdieron la vida inesperadamente en un accidente automovilístico cuando tenían 30 años, ambos murieron al instante en que al cruzar la avenida un camión los atropelló.

Elena la hermana de Francisca crió a Andrés como su propia madre junto a sus hijos, Florencia y Gabriel quienes lo adoraban por ser el menor.

Elena era una señora robusta, morena, de estatura mediana, sus ojos eran verdes. Solía destacarse del resto de la gente por su solidaridad y dulzura ante cualquier situación, era una persona cariñosa y demostrativa.

Joaquín era muy alto y delgado, de cabello castaño, ojos oscuros y tez muy blanca, no era tan dulce como Elena, el era un poco más picante. Lola sostenía que ellos se complementaban de tal forma en el amor porque cada uno aportaba a la relación lo suyo, la formula exacta 50% dulce (Elena) 50% salado (Joaquín).


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