Hombre de una sola mujer

Caballero noble, que a la noche no sirves

Que sacrificas lujuria y más pasiones

Porque tu palabra al pie de la letra mantienes.

Desde esa noche cuando lo mencionaste

Desde esa noche cuando lo prometiste

A ese perfecto amanecer rojizo

Y la piel fusionada a un amor perdido.

Pero aquella promesa ha de romperse

Porque en el destino está marcado,

Que ese romance dejes de lado.

Porque ya no está cronometrada la hora

De que piensen el uno del otro.

Y porque sus risas no tienen tu nombre

Cuando tus lágrimas aún la dibujan a ella.

Pero ante todo,

Porque amor no es traición,

Traición no es sentimiento,

Es insulto disfrazado, lisura decorada,

El más sincero engaño, el único e irreparable daño.