EN RELACIÓN CON JUAN JOSÉ MILLÁS
Por dapiso
Enviado el 07/03/2014, clasificado en Reflexiones
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EN RELACIÓN CON JUAN JOSÉ MILLÁS
Persona a quien considero notablemente erudita, además de maestro y mago de la literatura. Pues el caso es que algunos de sus últimos artículos publicados enLa NuevaEspañagran parte de la simpatía que en mí había despertado parecía disiparse. En ellos venía a decir algo así, que quien creyera haber escrito una obra maestra, el destino de la misma, era perderse en un cajón, tras recorrer editoriales, como si fuese la única realidad posible.
Yo me preguntaba si al mismo Millás, cuando se iniciaba en la tarea de escribir, si hubiese escuchado esto, que ahora defiende, por parte de alguien que tuviera una cierta relevancia y a quien en cierta manera admirase. ¿Se habría negado la posibilidad de escribir y salir a la luz, pese a la suerte incierta que el devenir deparase?.
Tampoco creo que esté al alcance de la inmensa mayoría alcanzar tan buena fama y posición como ha logrado Millás, pero tampoco me parece apropiado por parte de alguien que pueda sentar cátedra desalentar a los que se inician o intentan escribir sus obras. Y el que se hable desde un desconocimiento absoluto de la totalidad de los escritos y escritores.
Por extrapolarlo al fútbol, es como si dijesen que después de Pelé no pudiese existir el fútbol, o quien no dispusiese de talento presumible de este genio del balón, mejor se dedicara a otro menester, y que sin llegar a ser o pretender ser figura tan estelar en este caso hablo del balompiésí podemos decir que hubo y hay quien encontró una forma de vida, de subsistencia e incluso de ser apreciado por parte de un público que si dichos jugadores no hubiesen creído en su talento, a lo mejor este hecho hubiese sido impensable. Si bien son más bien pocos, posiblemente los elegidos para asemejarse, por ejemplo, a la figura brasileña.
Cuando, en mi modesta opinión, habría que abrir camino, enseñar y apoyar a los discípulos y a quienes sienten las mismas inquietudes, no hacer juicios a priori, y que sea el tiempo quien dictamine, en lugar de determinadas sentencias. Evitaríamos, así, posibles entierros prematuros y concederíamos un margen de confianza a cada cual.
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