- Antonioo,Antonioo
Me desperté sobresaltado,desorientado,con el corazón golpeando mi pecho como si
quisiera salir.
- Antonioo,vamos,que vas a llegar tarde.
No me lo podía creer,eran las 8:00 de la mañana y esa voz era la de mi abuela llamándo-
me para ir al colegio.
Yo estaba paralizado,rígido como una barra de acero,con todo el cuerpo temblandome,
la oscuridad de la habitación me desorientaba,no podía ni mover el brazo para poder
darle a la luz.
A los pocos segundos oí pasos acercándose a mi habitación,estaba aterrorizado,escuché
como el pomo de la puerta giraba despacio,poco a poco,el pánico era indescriptible,la
puerta se abrió,no entro nadie,de repente la puerta se cerró de un portazo,noté como
una mano fría como el hielo me cogía del brazo,me lo zarandeaba y me susurraba con
una voz baja y desgarradora, como la de alguien que está agonizando:
- Vas a llegar tarde Antonio,levántate ya
Yo estaba a punto de que me diese un infarto,con los ojos cerrados y con más miedo
y angustia del que había sentido en mi vida,la puerta volvió a abrirse y en ese momen-
to oí como se abría la persiana y noté aún con los ojos cerrados la luz del sol que en-
traba en la habitación,abrí los ojos muy lentamente y vi a mi madre a los pies de la
cama mirándome con una sonrisa burlona.
Yo estaba pálido,tembloroso,encharcado de sudor y con el miedo metido en el cuer-
po de haber notado la presencia de mi abuela Manuela,muerta hacía 10 años,que
dormía en la habitación contigua a la mía y que todos los días me despertaba para ir
al colegio.
- Levántate perezoso,que vas a llegar tarde al trabajo -gritó mi madre...
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